La crisis fiscal que enfrenta nuestro País, unido a la incertidumbre y ansiedad que provoca en nuestros estados de ánimos, pudiera llevarnos por el camino del escape y la evasión de la realidad, o por nuevos senderos que nos conduzcan al reconocimiento de nuestros talentos, a  desarrollarlos y  a reinventarnos. 

Lo que sí es un hecho es que muchos puertorriqueños sufren  episodios de ansiedad ante la incertidumbre de lo que nos pueda pasar.

El psicólogo clínico Pascual Merlos expuso que la incertidumbre que vivimos más que depresión, produce angustia, porque es un temor. Indicó que la incertidumbre es una variable de la ansiedad. La ansiedad es el temor a lo desconocido, a lo que no se sabe, a lo que está por venir, a lo que va a pasar.

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“Aunque la realidad parezca catastrófica,  no es el fin del mundo y lo que hay que preguntarse es: ¿qué puedo hacer con la creatividad para mejorar mis ingresos y qué actividades de esparcimiento puedo realizar  con mi familia y mis amigos, que me permitan vivir momentos agradables y felices”, dijo Merlos.

El experto en conducta humana explicó que el estado anímico que se enfrenta en esta primera etapa, más que depresión, es de ansiedad. La depresión sobreviene cuando enfrentamos pérdida.

”La depresión es cuando las personas enfrentan los efectos de la crisis. Es  cuando hay pérdida. Ahora estamos en el periodo de  incertidumbre. Si como parte de los ajustes económicos del Gobierno, hubiera corte de presupuestos, cesantías y  las personas de alguna manera pierden por los recortes, le seguirían  episodios depresivos porque la depresión es una respuesta emocional a la pérdida”, precisó.

En este momento coyuntural, los síntomas recaen en la angustia y el temor. Cuando  la crisis implica pérdida de empleo e ingreso, se entra a la segunda etapa, señaló.

¿Cómo se maneja esta sensación de ansiedad?

“Hay  muchos mecanismos de manejo de  ansiedad de una forma  negativa. El  escape (como abandonar la Isla), el uso de sustancias y  alcohol para manejar la ansiedad y estados de ánimo negativos. La parte positiva, lo que tiene que  hacer, es el  proceso de ver oportunidades que  nunca antes ha hecho. Es una oportunidad para reinventarse, que suele suceder en las crisis”, acotó.

“Una persona que tiene unos talentos no le queda más remedio que empezar a practicar esos talentos, que pueda producir ingresos colaterales. Personas que  saben hacer algo se puede dedicar a la  actividad de producción propia: “yo soy capaz de producir esto, para complementar ingresos”. Luego, dependiendo del éxito, pueda ya convertirse  en una actividad pequeña o convertirse en una pequeña o mediana empresa”, describió.

Momento de ayudarse y compartir

En este momento de crisis fiscal, dijo Merlos, es  importante  que las  personas se apoyen. Se ayuden. Destacó la necesidad de desarrollar sentimientos  de solidaridad entre las personas y entre las familias, tratando de compartir cosas que tienen antes que comprarlo, para tener  una serie de bienes compartidos por diferentes personas. Unos ponen unas cosas y  otros, otras, dijo.

“Que manejen la  ansiedad desarrollando  actividades saludables, como ir a la  playa, hacer caminatas saludables; ingresar a clubes que  comparten intereses, como de ciclistas; que puede aliviar el  impacto de la incertidumbre y la pérdida”, agregó.

¿Si la situación se extiende por mucho tiempo?

Cuando cambian las cosas, pierdes los  estilos de vida. Tienes menos poder adquisitivo. Pueden comprar menos cosas y hacer menos cosas que las acostumbrabas. Es cambiar  a una nueva forma de vivir, haciendo actividades  mucho más baratas,  con amigos,  personas  que tienen intereses en común; que se apoyen.

“Es importante, cuando se tienen pérdidas y tienes ansiedad,  ves la realidad como catastrófica; insalvable. Sin embargo, una realidad puede ser vista de tal manera, como una   catástrofe, pero ese no es el fin del mundo. Hay que preguntarse qué puedo hacer con la creatividad, con la economía, que me permitan vivir momentos agradables y felices”, recalcó.