Pionera en su patria
La Dra. Ana Santos abrió camino en la Isla en el campo de la bariatría y promueve con afán el bienestar físico y emocional de pacientes con problemas de peso.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 6 años.
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La incapacidad de ir a una fiesta por desconocer si habrá un espacio cómodo y seguro donde sentarse o de ponerse una ropa de moda podrá padecer algo trivial o superficial para quienes no viven atrapados en un cuerpo que padece de obesidad mórbida. Sin embargo, para estos pacientes es una lucha constante.
La doctora Ana Santos, pionera de la cirugía bariátrica en Puerto Rico y quien se desempeña desde 2001 como directora de la División de Cirugía Bariátrica en el Hospital Menonita de Cayey, es reconocida por sus pacientes por su calidad humana y su estricto procedimiento preoperatorio.
Santos estudió Biología y Medicina en la Universidad de Puerto Rico, y realizó su especialidad en cirugía mínimamente invasiva y bariátrica en University of Illinois, Chicago.
Luego regresó a su tierra una vez culminados sus estudios para poner en práctica todos sus conocimientos y hoy día ha logrado armar el Instituto de Cirugía Avanzada y Control de Obesidad del Centro Médico Menonita en Cayey, que es el único centro de su clase en Puerto Rico con certificación federal como Centro de Excelencia de Bariatría, de la American Society for Metabolic & Bariatric Surgery.
“Cuando me traslado a los Estados Unidos para empezar mi residencia de cirugía, la bariatría estaba comenzando y no había nadie en Puerto Rico que la practicara. Me interesó mucho, porque uno de mis tíos sufría obesidad mórbida y murió a consecuencia de su diabetes. Así que quise traerlo a Puerto Rico, porque siempre tuve muy claro que quería traer mi práctica a mi isla”, dijo Santos.
Hoy día, la doctora es la única mujer dedicada a la bariátrica en Puerto Rico y la única en alcanzar los más de 3,500 casos de manera exitosa durante su práctica.
Ha transformado las vidas de esos miles de pacientes que hoy, además de lucir un cuerpo más delgado, se han despedido de decenas de padecimientos que les aquejaron por años.
“Me he enfocado principalmente en la educación, tanto a la comunidad en general como a la comunidad médica, en todo lo relacionado a la obesidad”, expuso la doctora, quien a través de sus redes sociales mantiene activa a toda una comunidad a quienes ofrece motivación constante.
Entre sus contribuciones a su área médica, Santos formó parte activa del desarrollo de la ley 212 del 8 de agosto de 2008, creada “para requerir que se establezca como mandatorio en todo ofrecimiento de contrato de seguros de salud que se incluya dentro de su póliza el pago de la cubierta de servicios clínicos para el tratamiento de la obesidad mórbida y el síndrome metabólico con la cirugía bariátrica, siempre y cuando un médico y hospital especializado en medicina bariátrica y/o cirugía bariátrica lo estipule necesario bajo referido, así como para el pago de los procedimientos, diagnósticos, tratamientos y medicamentos posteriores a la cirugía”.
Se destaca por mantener en sus redes sociales a una comunidad muy activa, entre los que se encuentran pacientes operados, pacientes que van en ruta a cirugía y hasta el público en general que gusta de seguir sus consejos y comentarios diarios, que van enfocados en la motivación y la educación sobre este mal.
“Todavía existe un estigma sobre la obesidad y hay cierto desconocimiento sobre la necesidad de un tratamiento quirúrgico para tratarla. El tratamiento de la obesidad mórbida, así como muchos casos de cáncer, es quirúrgico y hay que orientar a las personas porque todavía no hay la aceptación de este tratamiento como algo estándard”, acentúa.
Se mantiene activa en diversos proyectos de educación y prevención de la obesidad, y apunta a ampliar sus servicios para atender a poblaciones más jóvenes y más adultas.
Actualmente opera pacientes cuyas edades estén entre los 18 y los 60 años.
“Mi compromiso con mis pacientes no termina en una sala de operaciones. Para mí es muy importante darles las herramientas preoperatorias y postoperatorias para garantizar su salud física, pero también mental. Visitan sicólogos, van al nutricionista, bajan de peso por ellos mismos, tienen grupos de apoyo… Quiero que vivan en salud, que puedan vivir a plenitud. Eso es lo que da valor a mi práctica”, concluyó la pionera de este tipo de procedimiento en Puerto Rico.