Revisar mucho el Facebook  y ser tan generoso/a que no se da tiempo para sí mismo/a pueden ser hechos simples, pero que en el fondo están perjudicando la felicidad y la paz interior. 

Como siquiatra, la estadounidense Sheenie Ambardar, conoce del tema, y ha visto cómo sus pacientes han podido ver mejoradas su depresión y ansiedad, poniendo de su parte y dejando de lado ciertos hábitos que, tal vez, nunca se detuvieron a pensar que podían ser perjudiciales para su salud mental.

Ambardar, miembro de la National Alliance on Mental Illness (NAMI) y la Asociación Americana de Siquiatría de EE.UU. -además de ganadora de premios como el Compassionate Doctor Award (Premio al doctor compasivo)-, trabaja en el centro The Happiness Psychiatrist (El siquiatra de la felicidad), y junto con mezclar filosofías de oriente y occidente, ha intentado a través de sus columnas, entregar valiosa información acerca de cómo pequeños cambios en el comportamiento podrían mejorar el bienestar de las personas, antes de llegar a tomar medicamentos para ello.

Pese, como dijo, a ser una “siquiatra entrenada en psicofarmacología”, Ambardar está consciente de que existen otras maneras de trabajar el ánimo, y que tienen relación con la manera con que se enfrenta diariamente la vida. 

Por esto, por ejemplo, recomienda limitar el uso de Facebook, que si bien es una herramienta útil para mantener el contacto, puede provocar inseguridad y hasta celos, según explicó, si frecuentemente se utiliza para vigilar al resto, compararse y crearse una “imagen” o “reputación” virtual.

Por otro lado, está la responsabilidad de saber que la felicidad no llegará sola a tocar la puerta. Por ende, es preciso hacerse cargo y trabajar en ella. ¿Cómo? Por ejemplo, fijándose una meta alcanzable que motive a levantarse cada día, y abrirse al contacto con otras personas, lo que implica gestos tan simples como saludar y conversar con el recepcionista de un lugar o sonreírle a alguien en la calle.

También menciona Ambardar, llevar un cuadernito para escribir los pensamientos, sobre todo si se es una persona a la que le cuesta expresarse verbalmente, y abrirse a leer temas de espiritualidad, adentrándose en temas profundos que llamen a la reflexión y a darse cuenta que las cosas que suceden, quizás, no son tan graves. 

Otros datos que entrega la siquiatra son las sorprendentes maneras de ser más feliz, que publicó en The Huffington Post y que llamaron la atención por parecer “contradictorias a primera vista”, pero que responden a los años de observación a pacientes adultos. Éstas son:

1. Gana menos dinero: Tener más posesiones no te hará más feliz, por ende, si tu trabajo es uno de los factores que te deprimen, búscate otro, trabaja menos horas, gana menos plata si es preciso, pero disfruta la vida, aconseja Ambardar.

2. No te cases: “No todo el mundo está hecho para el matrimonio”, aseguró la siquiatra. Es por esto, que a menos que se esté cien por ciento seguro/a del paso que se dará al casarse con una persona, se recomienda abstenerse, para no pasar a engrosar la extensa lista de pacientes que acuden a terapia, quejándose de ahogo, frustración y decepción de su matrimonio.

Casarse no es una meta que todos los seres humanos deben vivir, según la experta. Hay que ser sinceros con la propia naturaleza y aceptar que, tal vez, eres alguien a quien se le da más vivir solo/a y soltero/a.

3. Sé egoísta: Si bien la empatía, comprensión y preocupación son cosas valoradas en las relaciones humanas, éstos no deben darse “a expensas de nosotros mismos o de nuestra propia realización personal”, dice Ambardar. 

Basta detenerse a pensar si en realidad no estás siendo más complaciente de lo debido, y sigues en esa relación para no dañar al otro –aunque a ti te tenga harto/a-, o si en realidad estás viviendo un tipo de vida para darle en el gusto a los demás y no a ti mismo/a. Si sientes que es así, “¿por qué no empezamos por ser compasivos y amables con nosotros mismos?”, se pregunta la experta, agregando que “está bien ser egoísta”. 

4. Ten menos amigos: Es sabido que la calidad es mejor que la cantidad. Por eso, a la hora de verse rodeado de personas, vale la pena reducir el círculo, dejando en el entorno más próximo a los verdaderos amigos, aunque sean pocos.

“Mientras antes aceptemos esta realidad, menos probabilidades habrá de sentirse decepcionado/a o deprimido/a cuando las personas no estén a la altura de nuestras expectativas”, asegura Ambardar.

5. Sé ignorante: Estar informado de lo que sucede en el mundo te permite saber dónde estás parado y tener opinión acerca del presente que se vive en el país y en el mundo. Pero, ¿es necesario estar todo el día bombardeado de información a través de la tele, la radio, el computador y el smatphone?

Esto, para la siquiatra, “nos está convirtiendo en una sociedad enloquecida, frenética y emocionalmente insegura, incapaz de relajarse y encontrar la paz interior”. Mejor encontrar algo más que hacer con el tiempo, que estar constantemente conectados.


6. No le pidas peras al olmo: Si lo que quieres es una relación, un trabajo y una vida que te entreguen A, no te metas en asuntos que te darán B. Suena fácil, pero algunas personas tienen como parte de su naturaleza el ser porfiadas y se empeñan en insistir en situaciones que, simplemente, no son para ellas.

“Serás mucho más feliz y estarán en paz, si desarrollas la fortaleza para esperar pacientemente, elegir con sabiduría (…), y solo aceptas cosas buenas en tu vida, que realmente valgan tu tiempo y energía”, explicó.