El cáncer de mama es el crecimiento desordenado y sin control de las células que componen el tejido mamario. Pero sin importar como se defina, cuando se escucha la palabra cáncer nadie quiere tener un diagnóstico positivo. Cada año, este mal afecta a millones de mujeres alrededor y una minoría de hombres. Al celebrarse el Día Mundial de Prevención del Cáncer de Mama (19 de octubre), la oncóloga Carolina Méndez habla sobre la necesidad de saber desde cuándo se puede empezar a prevenir este mal.

Factores de riesgos

Aunque esta patología puede afectar indistintamente a cualquier mujer, hay un rango de edad que es más propenso a padecerlo. Existen ciertos factores de riesgos que influyen para que una fémina padezca de este tipo de cáncer. Al hablar de estos factores es importante resaltar que se clasifican en modificables, que son aquellos que la persona puede cambiar y lo no modificables que son lo que no se pueden cambiar.

“Entre los factores que sí puedo cambiar están el consumo de alcohol, el sedentarismo con la consecuente obesidad, uso prolongado de terapia reemplazo hormonal (cinco años o más de la combinación de estrógeno y progestágenos). Dentro de los no modificables están: el sexo, pues el ser mujer es el principal factor de riesgo para desarrollar esta enfermedad; la edad, mientras más avanzada mayor riesgo; raza siendo más frecuente en pieles blancas; mutaciones genéticas, antecedentes de cáncer de ovario, antecedentes familiares con cáncer de mama, primera menstruación temprana (antes de los 12 años) y de menopausia tardía (después de los 55 años)”, explica la también especialista en ginecología y obstetricia.

Prevención

Hasta el momento, de acuerdo con la doctora Méndez, no existe una forma de prevenir al 100% el cáncer de mama, por tal razón siempre se habla de detección temprana.

“Se puede reducir el riesgo de padecerlo modificando algunos factores, como desarrollar una vida activa, realizar ejercicios de forma rutinaria, bajar de peso, evitar el uso de terapia hormonal de reemplazo, mantener una alimentación saludable rica en fibras, limitar el consumo de alcohol, evitar el consumo de carnes rojas procesadas y lactar puesto que es un factor protector contra el cáncer de mama”.

Es por esto por lo que los expertos en salud recomiendan a las mujeres implementar estos cambios en la vida diaria desde temprana edad. Es importante destacar que este tipo de cáncer no presenta una sintomatología temprana, de manera que cuando aparece algún síntoma es porque ya la enfermedad está avanzada.

“La paciente con cáncer de mama no presenta sintomatología temprana, más bien cuando aparece algún signo es porque tenemos posiblemente una enfermedad localmente avanzada. Dentro de estos están: aparición de un bulto o una bolita en el seno, salida de secreción por el pezón diferente a la leche, hundimiento de la piel o el pezón, pequeños orificios en la piel de la mama en aspecto de cascara de naranja y deformidad o aumento considerable de una mama con relación a la otra”, enfatiza Méndez.

Debido a esto se les aconseja a las mujeres a realizarse evaluación clínica rutinaria, al igual que la mamografía y sonografía con el fin de aumentar la detección temprana, es decir, detectar la lesión antes de que sea palpable por la paciente, lo cual aumentara significativamente la posibilidad de curación.

“La mamografía es el método de detección considerado el estándar para la detección temprana del cáncer de mama, aunque existen otros métodos de imágenes, pero tienen sus indicaciones precisas, según considere el especialista, como la sonografía, la resonancia, la tomografía contrastada, la tomosistesis”.

¿Y los hombres?

“El cáncer de mama no es exclusivo de las mujeres, los hombres pueden verse afectados. Aunque en raras ocasiones se puede presentar a cualquier edad, es más frecuente en adultos mayores. Los síntomas y el tratamiento es similar al de las mujeres”, manifiesta la doctora.

Entre los factores de riesgos presentes en los hombres se encuentran: aumento de la exposición a estrógenos o por la reducción de los andrógenos, “este desbalance puede ser causado por síndromes hepáticos crónicos, historia de orquitis, testículos no descendidos o lesión testicular, feminización genética (síndrome de Klinefelter XXY) o por exposición ambiental”.

Mitos comunes

Se han difundidos varias creencias sobre el cáncer de mama:

  • El uso de sostenes con varillas. Falso, no está demostrado la asociación de un tipo de sostenes y cáncer de mama.
  • Uso de desodorante. Aunque han surgido algunos estudios que dicen encontrar una asociación, la verdad es que eso no está comprobado.
  • Traumas. Muchas mujeres se descubren un bulto en la mama correspondiente a una lesión tumoral y la asocian a algún golpe, realmente ya la lesión existía y en este momento se puso atención.
  • Solo les da a mujeres con familiares con cáncer. Falso, aunque existe una asociación genética en algunos tipos, un gran por ciento de pacientes desarrolla cáncer de mama sin antecedentes familiares.
  • La realización de mamografía anual es peligrosa. Falso, la cantidad de radiación utilizada es mínima, con el gran beneficio de detectar tumores pequeños.
  • Consumo de café. Falso. No está demostrada la asociación de este y cáncer de mama, aunque si se han encontrado ciertos beneficios.