Normal el miedo en estos eventos
Sin embargo, Assmca advierte que cuando la sensación de angustia y desasosiego impide que entremos en acción es necesario buscar asistencia.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 4 años.
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No hay duda que gran parte de la población de Puerto Rico ha estado expuesta a altos niveles de ansiedad desde ayer, cuando dos de los sismos que vienen experimentándose desde el 28 de diciembre fueron tan fuertes que provocaron daños considerables, particularmente en municipios del sur.
A la experiencia del terremoto de esta madrugada, de magnitud de 6.4 y que se sintió en todo el País, se han sumado las imágenes de los estragos que no dejan de difundirse en medios televisivos y a través de internet, abonando más al estrés colectivo. Y es que, a diferencia de los huracanes, cuyo comportamiento provee un margen de preparación, la incertidumbre de cuándo ocurrirá un temblor, y con cuánta fuerza, puede ser motivo de intranquilidad para muchas personas.
Suzane Roig Fuertes, administradora de la Administración de Servicios de Salud Mental y Contra la Adicción (Assmca), dejó claro que en situaciones como estas, sentir miedo es natural
“Eso aplica tanto a las personas que están en el sur (del País), que han sido impactadas directamente, como para los que estamos al norte, porque son situaciones que nos cogen por sorpresa. Lo que es importante es tener claro que cuando ese miedo y la ansiedad que provoca comienza a limitarnos para actuar, para tomar acción, es momento de buscar ayuda”, explicó la titular de la agencia, que se encuentra en la región sur dando asistencia a los afectados. “Fuimos ayer (lunes) y regresamos hoy (ayer) junto a un equipo clínico para atender directamente a los ciudadanos afectados”.
¿Qué se puede hacer para manejar la ansiedad? Roig destaca que hablar sobre la experiencia ciertamente ayuda a canalizar nuestras preocupaciones y nos ayuda a manejar la situación.
“Otra cosa que nos ayudará mucho a limitar los niveles de ansiedad es estar preparados, tanto en el hogar como en nuestros lugares de trabajo. Y esto va un poquito más allá de tener lista nuestra mochila de emergencia; es estar en capacidad de poder identificar factores de riesgo, así como los factores protectores. Esto es, tener ya identificado cuál es el lugar más seguro de la casa a donde podemos movernos durante el evento y si estamos en el trabajo, conocer el protocolo de emergencia. Tener claro cuáles son nuestras vías de escape. Estar en conocimiento de eso nos da una seguridad que nos permitirá actuar y a la vez proyectar seguridad a los nuestros”.
Con respecto a los pequeños, Roig subraya que es necesario hablar con ellos y permitirles ventilar sus preocupaciones.
“En el caso de los niños, es importante que sientan que van a estar bien. Si tenemos la situación de niños que no hablan, que no se abren a hablar, es convenientes crear las condiciones para que lo hagan y el juego es el recurso por excelencia. Los niños se expresan a través del juego, entonces se les debe permitir jugar. En la medida que juegan distraen su mente y eso lo podemos aprovechar para abrir la comunicación”, dijo antes de puntualizar en la importancia de que los padres eviten hablar sobre sus preocupaciones frente a los niños, porque eso socavaría el mensaje de seguridad que debemos llevarles.
Sobre nuestros mayores, si no viven con nosotros, debemos asegurarnos de darles la vuelta, visitarlos y estar al tanto de sus necesidades y situaciones particulares para igualmente darles seguridad.
Así que es importante desarrollar el plan familiar y de acuerdo a la funcionaria, el momento de hacerlo es “ya, aun si estamos en un refugio”.
“Los expertos nos han dicho que los temblores van a continuar, así que si no tenemos uno, el momento de desarrollar nuestro plan familiar es ahora. Dentro de ese plan, es importante hacerles entender a los niños que en caso de la ocurrencia de un evento cuando están separados de los padres, es necesario que permanezcan donde están, que se queden allí entendiendo que los padres saben donde están y llegarán donde ellos”.
Roig Fuertes informó que el volumen de llamadas de la línea PAS (Programa de Asistencia Social) ha aumentado desde el lunes, cuando se recibieron 167 llamadas relacionadas al evento de ese día, mientras que ayer, a las 10:30 a.m., se habían recibido 192, adicional a las 157 que se promedian diariamente. Indicó que, precisamente, la ansiedad ha sido la razón principal de esas llamadas, particularmente por la preocupación de la sensación de pérdida y no solo la perdida del hogar, sino la de la seguridad.
La línea PAS está disponible las 24 horas de los siete días de la semana, libre de costo, a través del 1-800-981-0023. Además cuentan con una línea especial para audioimpedidos: 1-888-672-7622.