Estamos en plena temporada de vacaciones y playa, y eso significa que, también, estamos en la época de lluvias, que en la Isla comienza en junio y se extiende hasta septiembre. Como es de esperarse, mucha lluvia + mucho calor = alta humedad… y mosquitos. Muchos mosquitos.

De ese modo, conviene repasar algunos consejos para protegerse de las picaduras de insectos que, además de molestosas, si no somos precavidos, se pueden infectar. Por otro lado, entre la peligrosidad del virus del dengue, el virus del Nilo y el chikungunya, transmitidos por la picada de mosquitos, ninguno de nosotros está exento de ver su salud seriamente comprometida.

Primera línea de defensa

Cuando estés en exteriores, sobre todo al amanecer y al anochecer, trata de usar pantalones largos y manga largas. Y si vas a pasar bastante tiempo afuera, sobre todo cerca de humedales, ríos, charcas o zonas con mucha vegetación, conviene que uses repelente para insectos.

Los siguientes ingredientes aportan protección, pero son de corta duración: Picaridin al 5% o 10%; DEET, al 7% o 10%; PMD, al 10%. Si usas repelentes con ingredientes naturales, verifica primero que no seas alérgico a ninguno de ellos.

Estos brindan protección de mayor duración: Picaridin, al 20%; IR3535, al 20%; DEET, al 20% o al 30% (los productos de liberación prolongada –identificados en inglés como “time release”– son eficaces por más tiempo); aceite de limón o aceite de eucalipto al 30% o al 40%.

Contra el virus del Nilo, los ingredientes más eficaces son: Picaridin, IR3535, DEET, aceite de limón, aceite de eucalipto, PMD. Escoge los productos con la concentración de ingredientes adecuada para el tiempo que permanecerás en exteriores. De otra parte, evita usar aceite de eucalipto o de limón en niños menores de tres años de edad.

Mucho ojo con los pequeños

Nunca uses repelentes de insectos en infantes menores de seis meses de edad. Es preferible protegerlos con mosquiteros en sus camitas, cochecitos y cargadores. Por otro lado, independientemente de la edad de tus niños, consulta con su pediatra si vives en zonas de alto riesgo o si tus niños van a un cuido de infantes o a campamentos de verano para que te recomiendo lo que más les convenga de acuerdo con sus necesidades específicas.

Si no vives en zona de alto riesgo

Puede que no vivas en un área donde abunden los mosquitos, pero, créenos, esas sabandijas están dondequiera y se meten hasta en centros comerciales y restaurantes, de modo que uno nunca puede decir “a mí no me van a picar”.  Eso dicho, si tu vecindario no es criadero de insectos voladores o no se ha emitido ningún alerta de enfermedades transmitidas por los mismos, puedes probar a usar productos naturales, cuidando siempre de asegurarte que no seas alérgico a algunos de sus ingredientes.

Otras precauciones:

-Mantén los abanicos de techo, pared o piso encendidos todo el tiempo para ahuyentar a las sabandijas.

-Si elijes productos con ingredientes químicas, procura escoger los que tengan la menor concentración de ingredientes necesaria para que sean eficaces.

-Mantén todos los repelentes de insectos –lo mismo químicos que naturales– fuera del alcance de niño y mascotas.

-No uses productos que contengan más de 30% de DEET.

-Cuidado con las velas repelentes de insectos pues, además del peligro que la llama representa, algunas personas son seriamente asmáticas al humo que etas despiden.

-Cuidado con los repelentes de insectos que contengan protección solar porque cada vez que te los vuelvas a untar, estarás sobreexponieéndote a los ingredientes químicos.

-Lávate siempre las manos –y las de tus niños– después de usar un repelente de insectos de cualquier índole, lo mismo químico que natural.

-Lava bien toda la ropa que haya estado en contacto con repelentes de insectos antes de volverla a usar.

Fuente:  Environmental Working Group