¿Es más sana la miel que el azúcar?

La doctora Mónica Katz, presidenta de la Sociedad Argentina de Nutrición, explica que tanto el azúcar como la miel son endulzantes calóricos y ambos están compuestos por los mismos azúcares (monosacáridos): “En el primer caso, su porcentaje es 50% fructosa y 50% glucosa; mientras que la miel es 40% fructosa y 30% glucosa y el resto es agua”. Si tomamos en cuenta que la miel contiene minerales y antioxidantes, y que su índice glucémico es menor que la del azúcar, pareciera que la miel sigue siendo la mejor opción.

¿Pan bueno vs.  pan malo?

Comer o no comer, esa es la cuestión. En lo que tiene que ver con el pan, el integral está elaborado con granos enteros molidos, harinas integrales de trigo, centeno, cebada, avena o salvado, aunque hay que estar atentos, ya que muchas veces también se le añade la harina blanca de trigo para poder obtener una mejor panificación.

Silvia Tasat, integrante de la Sociedad Argentina de Nutrición, explica que la diferencia está en la calidad y cantidad de fibra que ofrece cada uno. El integral también brinda un aporte de vitaminas del grupo B mucho más importante que el blanco.

Tasat agrega que el beneficio del pan integral consiste en su preparación: “Al estar elaborado con grano entero y harinas integrales, es mucho más saludable. Da más saciedad por la fibra que contiene, por esa razón no se digiere tan rápidamente y no genera tanta adicción”.  

¡Ni cinco segundos!  

¿Quién no oyó alguna vez la regla de los cinco segundos sobre la comida que cae al suelo? Este mito sostiene que la comida que pasó menos de cinco segundos en el suelo está a salvo y se podría comer sin riesgo de contaminación. 

El ingeniero Martín Piña, director de Ingeniería en Alimentos de la Universidad Argentina de Empresas, lo desmiente: “Es falso, dado que la contaminación de los alimentos que caen al suelo comienza tan pronto entran en contacto con esa superficie”. Las principales bacterias presentes en el suelo son los coliformes totales, coliformes fecales (Escherichia coli), hongos, levaduras y estafilococos. 

También se cree que lavándolos eliminamos la contaminación, pero eso no es cierto, pues es inefectivo contra bacterias coliformes. Soplarla también queda descartado. Su recomendación: en ningún caso se debe consumir alimentos que han caído al suelo.