Una joven estudiante de ciencias biomédicas, Mia Robins, compartió su impactante historia de salud, que comenzó con un diagnóstico erróneo.

Todo inició luego de que le extirparon el apéndice, tras lo cual empezó a experimentar molestias intensas durante la noche, describiéndolas como una necesidad urgente de ir al baño.

“Sentía mucha presión y me moría por ir al baño, pero desaparecía tan pronto como iba al baño”, explicó Mia Robins, quien además reveló que dormía entre 12 y 13 horas diarias.

A pesar de ese descanso, continuaba agotada. Su alimentación se deterioró, bajó de peso y empezó a notar la caída de su cabello. “Me di cuenta de que había una calva en la parte posterior de mi cabeza del tamaño de la palma de mi mano”, relató.

Relacionadas

Primero le diagnosticaron una infección urinaria

Al buscar ayuda médica, los especialistas inicialmente le indicaron que estaba sufriendo una infección urinaria. Sin embargo, su estado de salud continuó empeorando.

A mediados de 2022, una ecografía reveló que Mia padecía cáncer de ovario, justo cuando estaba finalizando su primer año universitario. El dolor se intensificó tanto que incluso tenía que arrastrarse en el suelo del baño.

Con solo 19 años, Mia tuvo que someterse a una cirugía de urgencia para retirar el tumor, que había alcanzado el tamaño de un melón dulce y presentaba características inusuales.

“Me dijeron que el tumor en sí tenía dientes y pelo, lo que aparentemente es normal con un tumor bastante grande. Tenía un suministro de sangre tan bueno que era capaz de hacer crecer dientes y cabello”, contó la joven, aún sorprendida por la magnitud del crecimiento.

Su tumor era tan grande que tenía cabello y dientes

El tumor, aunque se detectó de manera temprana, ya tenía un tamaño considerable y estaba presionando contra su vejiga, lo que le causaba un dolor constante. Mia expresó su frustración por la tardanza en obtener un diagnóstico correcto, afirmando: “Estaba un poco enojada porque mis síntomas habían sido descartados. Siento que si hubiera habido una ecografía antes, se habría detectado. Tardó seis meses en ser diagnosticado”.

A pesar del éxito de la cirugía, en la que le extirparon el ovario derecho, las trompas de Falopio, parte del abdomen y algunos ganglios linfáticos, el cáncer regresó en febrero de 2023. Mia tuvo que someterse a quimioterapia durante tres meses.

Finalmente, fue declarada libre de cáncer, aunque ahora debe someterse a revisiones periódicas. “Fue bueno saber que había terminado con esto y que podía volver a mi vida normal. Este es el primer verano que no he tenido que estar en el hospital durante dos años. Sé que estaré nerviosa por el resto de mi vida”, concluyó.

¿Qué es el cáncer de ovario que padeció Robins?

El cáncer de ovario implica un crecimiento anormal de células en los ovarios, que se multiplican rápidamente y pueden invadir otros tejidos del cuerpo. Según la Clínica Mayo, los síntomas iniciales del cáncer de ovario suelen ser difíciles de detectar y a menudo se confunden con otras afecciones comunes.

Los signos de esta enfermedad pueden incluir:

Hinchazón o inflamación abdominal.

Sensación de saciedad rápida al comer.

Pérdida de peso inexplicada.

Molestias en la zona pélvica.

Fatiga.

Dolor de espalda.

Cambios en los hábitos intestinales, como el estreñimiento.

Necesidad frecuente de orinar.

Este tipo de cáncer requiere atención médica inmediata para prevenir complicaciones graves.