Más razones para seguir la dieta mediterránea
La relacionan con el envejecimiento saludable.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 4 años.
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Hace una década que la dieta mediterránea fue declarada patrimonio inmaterial de la Humanidad, pero ahora sus beneficios también fueron asociados al microbioma intestinal y su influencia en un envejecimiento saludable.
Según un reciente estudio publicado en la revista Gut, del grupo The British Medical Journal, seguir durante un año una dieta mediterránea potencia los tipos de bacterias intestinales relacionadas con el envejecimiento "saludable", además de reducir las asociadas a la inflamación dañina en las personas mayores.
El envejecimiento está asociado con el deterioro de las funciones corporales y un aumento de la inflamación -que anuncian la aparición de la fragilidad-, pero la dieta mediterránea actúa sobre las bacterias intestinales de manera que "ayudaría a frenar el avance de la fragilidad física y cognitiva relacionado con la vejez", señalaron los investigadores.
Los resultados no establecen un papel causal del microbioma en la salud y algunas de las implicaciones se infieren en lugar de medirse directamente, advierten los investigadores, quienes señalaron que la interacción entre dieta, microbioma y salud de la persona "es un fenómeno complejo en el que influyen varios factores".
La investigación El equipo liderado por Paul O'Toole de la Universidad de Cokc (Irlanda), estudió si una dieta mediterránea podía mantener el microbioma en el intestino de las personas mayores y promover la retención e incluso la proliferación de las bacterias asociadas con el envejecimiento saludable.
Para llegar a los resultados, el equipo analizó el microbioma intestinal de 612 personas de entre 65 y 79 años procedentes de Francia, Italia, Holanda, Polonia y Reino Unido, divididas en dos grupos, y a las que se siguió durante un año antes y después de empezar la dieta. Uno grupo siguió con su dieta habitual y el otro con una alimentación mediterránea especialmente diseñada para gente mayor, rica en frutas, vegetales, nueces, legumbres, aceite de oliva y pescado, y baja en carne roja y grasas saturadas.
Seguir la dieta mediterránea durante doce meses se asoció a cambios beneficiosos en el miocrobioma intestinal, indicaron en el estudio. En este sentido, se asoció con una contención de la pérdida de la diversidad bacteriana, un aumento de las bacterias vinculadas con indicadores de reducción de la fragilidad, como la velocidad al caminar o la fuerza del agarre con la mano, y la mejora de la función cerebral, como la memoria, así como con la menor producción de sustancias químicas inflamatorias potencialmente nocivas.
Los análisis revelaron que los cambios en el microbioma estaban asociados con el aumento de bacterias conocidas por producir beneficiosos ácidos grasos de cadena corta.
Además, se relacionó con una disminución de las bacterias implicadas en la producción de determinados ácidos biliares, cuya sobreproducción está relacionada con un mayor riesgo de cáncer de intestino, resistencia a la insulina, hígado graso y daño celular. Los cambios se debieron, en gran medida, a un aumento de la fibra alimentaria y de las vitaminas y minerales asociados, en especial C, B6, B9, cobre, potasio, hierro, manganeso y magnesio.