El mantener la salud en óptimas condiciones no pareciera ser una prioridad en la vida de los jóvenes, ya que en esa etapa suelen considerarse invencibles, lo que les lleva a ignorar las condiciones que pueden afectarles seriamente y que pueden tener repercusiones en el futuro. “Los adolescentes suelen pensar que son inmortales, que nunca les va a pasar nada. Eso es un aspecto idealista de lo que es la vida y la salud”.

“La mayoría de los adolescentes desconoce mucho de su propio cuerpo y cuáles son los riesgos de salud que tienen en esa etapa. No están alertados ni se ha creado consciencia en ellos de cuáles son los riesgos que se toman, sin darse cuenta que eso puede afectar a corto o a largo plazo su salud. A su vez, esto fomenta las actividades de riesgo a las que ellos se someten sin ningún tipo de supervisión”, expresó la pediatra Nayda Betancourt.

Según la doctora, esa enajenación por su estado físico y mental debe entonces ser complementada con la atención de sus padres, quienes son los que en realidad tienen la responsabilidad de velar por su bienestar.

“Realmente la salud de los adolescentes depende de sus padres porque ellos son menores de edad y siempre tienen que venir acompañados, a menos que estén emancipados. Entonces, todo depende de cuán educados y enfocados estén sus padres en mantener la salud del adolescente”, explicó la pediatra.

En cuanto a las condiciones que más afectan a esta población juvenil en Puerto Rico, la doctora entiende que muchas están ligadas al uso excesivo de tecnología, el sedentarismo, el abuso de sustancias controladas y la promiscuidad. “La obesidad es uno de los principales problemas de salud de esta población porque están demasiadas horas pegados a la tecnología sin actividad física. También la adolescencia es una época de muchos cambios emocionales donde se busca una identidad de independencia.

Basándose en eso, ellos a veces se envuelven en conductas de riesgo de salud como el uso de drogas, alcohol, tabaco”, destacó Betancourt. Asimismo, el acceso a redes sociales y la presión de grupo muchas veces los hace vulnerables a los llamados “challenges” (retos), los cuales en muchas ocasiones ponen en riesgo la salud y hasta la vida.

A su vez, la doctora detalló que son los varones los que exponen más su salud con las prácticas arriesgadas como no usar el cinturón de seguridad cuando conducen, portar armas, consumir tabaco, alcohol y, ahora hay que sumarle que se exponen al famoso vapeo.

“En el ‘vaping’ utilizan sustancias con sabores que están suspendidas en aceite y esos aceites los inhalan al pulmón y les producen efectos que pueden ser catastróficos”, dijo la doctora, quien también añadió que las enfermedades de transmisión sexual son otras condiciones que comúnmente suelen contagiarse en esa etapa de la vida.

“Los jóvenes se envuelven en relaciones sexuales múltiples sin ningún tipo de protección porque no están educados en ese sentido y se exponen a tener enfermedades de transmisión sexual de toda índole, siendo la más común la clamidia”, indicó Betancourt.

Para poder lidiar con todas estas condiciones, la pediatra recomienda que los padres tomen el control de sus adolescentes en términos de su salud física y emocional. Además, sugiere que los progenitores o tutores deben estar pendientes de su conducta, su entorno y todo aquello que pudiera afectarlos. “Los padres son las herramientas y deben funcionar como adultos responsables en la supervisión de sus hijos. Deben estar pendientes de su salud, de quiénes son sus amigos.

También, es importante estar pendientes de su salud mental y emocional, ya que los adolescentes se exponen a muchas situaciones de ‘bullying’ y muchas presiones. Y, no deben pasar por alto el ir a revisión médica dos veces al año para un examen físico completo”, concluyó la doctora.

Qué necesitan los jóvenes para estar saludables

• Visitar su pediatra dos veces al año para su chequeo de rutina y exámenes físicos correspondientes a su edad.
• Realizar actividad física 60 minutos al día para que los mantenga en buen estado de salud.
• Dormir de nueve a nueve horas y media todos los días, ya que los adolescentes suelen dormir mucho.
• Mantener sus vacunas al día
• Llevar una dieta saludable
• Evitar las drogas, el alcohol, el tabaco y sus derivados
• No conducir si han tomado bebidas embriagantes o si quien conduce las ha ingerido.