Los carbohidratos son el problema
Dos estudios coinciden en sus hallazgos sobre el efecto de las grasas saturadas y el colesterol.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 4 años.
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Ni las grasas saturadas son dañinas ni el nivel del colesterol es relevante para la salud del corazón, pero una dieta baja en carbohidratos sí puede aliviar las enfermedades cardíacas, aseguró el científico David Diamond, autor de un nuevo estudio cuyos resultados redimen a una buena porción de falsas acusaciones.
El investigador de enfermedades cardíacas de la Universidad del Sur de Florida (USF) reconoce que suena extraña esta defensa de los alimentos de origen animal y los aceites tropicales (el de coco), que desarrolla en su estudio, que fue publicado recientemente en la revista británica BMJ Journals. Sobre si la investigación a su cargo es una reivindicación de las grasas saturadas, contestó: “Completamente”.
“Las grasas saturadas han sido acusadas falsamente y condenadas por causar enfermedades cardíacas, así como otras enfermedades, todo sin justificación”, agregó el profesor y neurocientífico de USF.
La investigación concluye que no hay evidencia entre una dieta baja en grasas saturadas y la reducción del colesterol, y de los riesgos de enfermedad cardíaca y recalcó que se trata de una teoría “desactualizada”.
Diamond lideró un equipo internacional que incluyó, entre otros, a cinco cardiólogos, que estudió “las defectuosas recomendaciones de dieta” para las personas con hipercolesterolemia familiar (FH).
Los expertos no pudieron encontrar ninguna justificación para la recomendación de una dieta baja en grasas saturadas, como, por ejemplo, la carne, los huevos y el queso, hecha entre otras por la American Heart Association (Asociación del Corazón de EE.UU.).
“Las personas con FH -explicó Diamond- tienen una anomalía genética que hace que sus niveles de colesterol sean extremadamente altos, aproximadamente tres veces más de lo normal. Pero mostramos aquí (en el estudio) que el nivel de colesterol es irrelevante para las enfermedades del corazón”, subrayó.
El especialista matizó que las recomendaciones para pacientes con FH “también se aplican a todas las personas”. En ese sentido, sostuvo, “nuestro artículo es un paso para acabar con el mito de que las grasas saturadas son dañinas”.
Por otro lado, el científico indicó que “no hay buenos estudios sobre cuál es la mejor dieta para personas que tienen enfermedades cardíacas”, pero subrayó que bajar el azúcar es saludable para el corazón. “La dieta baja en carbohidratos mejora todas las medidas que realmente importan”, matizó.
También dijo: “Las personas con FH que no fuman, controlan el azúcar en sangre y el estrés y no tienen sobrepeso, no tienen más riesgo de enfermedad cardíaca que las personas que no tienen FH”.
“Sé que esto suena completamente contrario a lo que le han dicho, pero eso se debe a que la reducción del colesterol es muy rentable”, aseguró.
En ese sentido, Diamond precisó que muchos productos se venden con el llamado ‘beneficio” de reducir el colesterol, como el aceite de maíz, la avena y medicamentos como las estatinas.
“Sin embargo, estos productos benefician a las compañías de alimentos y medicamentos mucho más que a los pacientes que los usan”, aseguró.
Por otro lado, Diamond dijo que su investigación se suma a otra “también poderosa” publicada en días pasados por Journal of the American College of Cardiology.
“La recomendación de limitar la ingesta de ácidos grasos saturados (SFA) en la dieta ha persistido a pesar de la creciente evidencia de lo contrario”, señala dicha publicación académica.
Se trata de un estudio que proporciona pruebas “contundentes” de que los alimentos que aumentan el azúcar en la sangre, como el pan, las papas y los dulces, deben minimizarse, en lugar de los aceites tropicales y los alimentos de origen animal.
Sobre la ayuda de esta investigación para aquellas personas que luchan contra el sobrepeso, sin tener problemas cardíacos o de colesterol, el científico David Diamond dijo que “la dieta baja en carbohidratos es una forma ideal de perder peso”.
Sin embargo, señaló que entiende que puede ser difícil.
“Eliminar los carbohidratos significa reducir en gran medida el consumo de pan, pasta, papas, cereales y azúcar, lo que para algunos puede ser muy difícil porque el azúcar puede ser adictivo”, dijo.
No obstante, explicó que en lugar de estas ricas comidas, una persona “puede disfrutar de todas las formas de alimentos de origen animal, la mayoría de las verduras y algunas frutas”.
El estudio de Diamond señala que seguir una dieta que sea baja en carbohidratos es más eficaz para las personas que presentan un mayor riesgo de enfermedad cardíaca, como lo son las personas con sobrepeso, las que tienen hipertensión o las que son diabéticas.