
PUBLICIDAD
Los abrazos, para algunas personas, son un acto de cariño y de confianza. Este gesto de acercamiento es común entre parejas, familiares y amigos. Sin embargo, esta expresión de afecto físico también puede causar rechazo en otros.
En un informe que publicó el sitio La Vanguardia, existen varias causas por las que una persona rechace los abrazos y prefiera mantener la distancia con el prójimo. Según expertos en psicología, las razones que se esconden detrás de esta decisión pueden estar vinculadas a experiencias infantiles, aspectos culturales y factores biológicos.
Otras personas evitan el acercamiento con otra persona con la misión de preservar el espacio personal. Bajo este punto, los psicólogos indicaron que, de persistir esta actitud durante un tiempo prolongado, se precisará ayuda profesional.
Relacionadas
Los trastornos de ansiedad y depresión son también factores que influyen en el rechazo del contacto físico. “Las personas que lo sufren pueden experimentar el contacto físico como una invasión de su espacio personal, lo que les genera todavía más ansiedad. En estos casos el rechazo actúa como un mecanismo de defensa”, subrayó La Vanguardia acerca de este tópico.
Por último, el “estilo de apego inseguro” y las “diferencias culturales” son dos de los motivos que esbozaron los psicólogos para entender el entramado cerebral de las personas que deciden tomar distancia ante el acercamiento de otro.
Los increíbles beneficios saludables de los abrazos, según la ciencia
En paralelo con el análisis anteriormente mencionado, los expertos indicaron que los abrazos son gestos de amor necesarios para una persona. Esto indica que ofrece muchos beneficios emocionales, mentales y físicos que ayudan al día a día y a la salud mental de cada individuo.
La respuesta a este planteo tiene que ver, directamente, con el sentido del tacto, un arma poderosa para nuestro cerebro que genera endorfinas. Al procesar las emociones y las señales neurológicas, el organismo responde a este estímulo al reducir el estrés, lo que genera una sensación de bienestar.
Según una investigación del Instituto Europeo de Psicología Positiva (IEPP), los abrazos “mejoran las relaciones matrimoniales y familiares, combate el insomnio, reduce el estrés y aumenta la autoestima, estimula el desarrollo neuronal y la supervivencia y puede prevenir y reducir enfermedades”.
De esta forma, según la óptica de esta corriente de pensamiento, los abrazos mejoran el estilo de vida de las personas y hasta incluso estimulan los sentidos.