
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 15 años.
PUBLICIDAD
Michigan Como casi siempre, mamá tenía razón cuando amenazaba con lavarte la boca con jabón si decías malas palabras. Según un estudio de la Universidad de Michigan (UM), cuando uno miente siente el deseo de limpiar la boca “sucia”.
“Las referencias a ‘manos sucias’ y ‘bocas sucias’ en el lenguaje cotidiano indican que la gente piensa acerca de los aspectos abstractos de la limpieza moral en términos de experiencias más concretas con la limpieza física”, dice Spike W.S. Lee, estudiante de doctorado en psicología de la UM que condujo el estudio junto con Norbert Schwarz, psicólogo en el Instituto de Investigación Social de la UM.
Las conclusiones del estudio, que se publican en la edición de octubre de la revisa Psychological Science, sustentan esa conexión.
Para el estudio, se pidió a 87 estudiantes que desempeñaran el papel de abogados en competencia con un colega para lograr un mejor puesto de trabajo. A cada uno, se le pidió que imaginara que encontraba un documento importante que el colega había perdido y que la devolución del documento ayudaría en gran parte a que éste obtuviera el puesto. A cada participante, se le instruyó a que dejara al colega un mensaje, ya sea por grabación de voz o correo electrónico, indicándole quién llamaba. Cada participante escogía mentir al decir que no podía encontrar el documento o decir la verdad acerca de que había hallado el documento.
Luego, los participantes calificaron el grado en que podían desearse varios productos -como parte de una supuesta encuesta de mercadeo- y que dijeran cuánto estaban dispuestos a pagar por cada producto, entre ellos un enjuague bucal y un desinfectante de manos.
Los participantes que habían mentido en el teléfono sintieron un deseo más fuerte por el enjuague bucal y estuvieron dispuestos a pagar más por él que quienes habían mentido en un mensaje electrónico. A su vez, los que habían mentido texteando sintieron un deseo más fuerte por el desinfectante de manos.
El haber dicho cosas buenas, por otro lado, hizo menos atractiva la limpieza de la parte del cuerpo involucrada en la comunicación del mensaje.