La cirugía bariátrica, por medio de la cual se reduce el estómago, puede aminorar el riesgo de cáncer, según un estudio publicado este mes por el British Journal of Surgery, mientras que se ha convertido en la única alternativa para muchos casos de diabetes, según expertos de Cleveland Clinic, una red de hospitales.

Según un estudio publicado este mes por un equipo de científicos franceses, tras observar datos de más de un millón de pacientes entre 2010 y 2019, pudieron constatar una reducción del 11% del riesgo de cánceres relacionados con la obesidad en aquellos que se sometieron a una operación de cirugía bariátrica.

Según explicó a EFE el médico Raúl Rosenthal de la estadounidense Cleveland Clinic, cuyos centros tratan este tipo de casos procedentes de todo el mundo, esta intervención se ha convertido en la mejor alternativa para más de una decena de tipos de cáncer y para muchos casos de diabetes, pero sigue siendo una intervención poco común en Estados Unidos.

La obesidad está asociada al 40 por ciento de los cánceres diagnosticados en Estados Unidos, y ese índice aumenta al 55 por ciento en el caso de las mujeres debido a los cánceres de útero, ovarios o mama.

Pero también el cáncer de colon, páncreas, esófago, hígado, riñón o estómago, entre otros, pueden verse favorecidos por la obesidad.

Rosenthal, con base en el Cleveland Clinic Weston en Florida, explicó a EFE que muchas de estas enfermedades pueden tratarse con la cirugía bariátrica, rápida y poco invasiva.

UNA OPERACIÓN RÁPIDA Y EFECTIVA

El tipo de cirugía bariátrica más frecuente, describe Rosenthal, es la llamada “manga gástrica”, que consiste en reducir el estómago extirpando gran parte de él, y pasa de ser “una especie balón grande a una manga finita”.

Esto produce dos efectos en el paciente: por un lado, tiene menos capacidad de almacenar comida, pero además carece de hormonas del hambre retiradas con la parte extirpada, por lo que se reduce el apetito.

La operación dura 45 minutos, y el paciente sólo tiene que estar 24 horas en el hospital. En una semana el paciente regresa a sus actividades normales.

“Con la pérdida de peso se cura la diabetes en muchos casos”, que sufren el 30 por ciento de las personas con obesidad,” se regula la presión de la sangre y los desarreglos del sueño”, añadió Rosenthal.

UN CASO MUY ESPECIAL

El doctor recuerda el dramático caso reciente de uno de sus pacientes, de 32 años, casado y con hijos que tenía un grave problema cardíaco y necesitaba un trasplante de corazón, pero por su caso era más complejo debido a su obesidad.

“Hicimos cirugía gástrica y a los tres meses se le consiguió un órgano, se le trasplantó y el hombre volvió a su vida normal”, celebra Rosenthal.

En EE.UU. hay unos 30 millones de candidatos para la cirugía bariátrica, pero solo se realizan 250,000 al año, un 1 por ciento, lamenta Rosenthal.

La “negación” de los pacientes, que no se ven como candidatos; el temor a la cirugía y el coste, ya que algunos seguros no cubren la intervención, son responsables de este bajo porcentaje.