Hermirelys Fuentes se describe como una mujer cuya fe la ha ayudado a atravesar la adversidad.

En el mes de la concientización sobre el cáncer de seno y tras dos padecimientos de cáncer, un tratamiento de quimioterapia, terapia física y múltiples cirugías, la joven celebra eso que llama su milagro: estar sana para poder ver crecer a su amado hijo, Pablo Enrique.

Fuentes conoció de primera mano el cáncer en el 2009, cuando apenas tenía 15 años. Siendo todavía una adolescente, fue diagnosticada con un osteosarcoma, un tipo de cáncer de hueso que estaba en su pierna derecha.

En ese momento, pese al diagnóstico, el panorama lucía alentador, pues su equipo médico entendía que el tumor era removible mediante quimioterapia y cirugía.

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Aunque el plan parecía estar cumpliéndose al pie de la letra, seis meses después de haber recibido el diagnóstico y en medio del tratamiento, Hermirelys enfrentó una dura prueba: su madre también fue diagnosticada con cáncer.

La mujer de ahora 30 años reconoce que la fe fue su refugio para poder atravesar no solo por su proceso, sino también ver el de su progenitora.

Hermirelys recibió quimioterapia, y su madre, quimioterapia y radioterapia.

“Las dos estuvimos juntitas recibiendo tratamiento médico. Estuvimos sin cabello las dos”, rememoró sobre ese momento.

Posteriormente, ella fue operada en la ciudad de Miami, Florida, y tras un año de terapia física, quedó libre de cáncer y pudo caminar con regularidad. Su madre también se recuperó.

Sus próximos años de vida continuaron con normalidad.

El amor tocó a su puerta. En diciembre de 2019 se casó con su ahora esposo, Emmanuel Osorio, y poco más de un año después comenzaron a buscar ampliar la familia.

Todo parecía marchar en orden, hasta que un día Hermirelys palpó una “masita” en su seno.

“Yo me palpé una masita (en el seno) en el año 2021. Ahí decidí ir a un primer médico”, contó a Primera Hora.

Según dijo, el doctor al que acudió la envió a realizarse una sonomamografía, un MRI del seno y otros estudios.

“En ese momento no se pudo detectar nada”, dijo.

El tiempo volvió a pasar, pero la preocupación seguía latente porque cada vez que se palpaba el seno, sentía molestia.

Esa preocupación, sumado al historial médico de cáncer de familiares, llevaron a Hermirelys a buscar una segunda opinión médica.

“Yo doy con el cirujano Ángel Rodríguez cuando él comenzó a trabajar en un hospital de la zona metropolitana donde yo estaba trabajando. Ahí decidí coordinar una cita”, recordó la mujer.

“Cuando llegó la cita, yo le llevé los laboratorios y resultados de estudios que ya tenía. Él de inmediato entendió que se tenía que hacer una biopsia y me refirió a una radióloga de seno que me hizo entonces la biopsia”, mencionó sobre el proceso mediante el cual extraen una muestra de tejido para evaluarlo.

Tras esa evaluación, Hermirelys recibió su segundo diagnóstico de cáncer, esta vez localizado en un seno.

“Por la parte humana, el miedo se asoma y toca la puerta, pero yo siempre estuve bien confiada en que yo iba a estar bien”, reveló sobre lo que sintió tras el diagnóstico.

Los planes sobre el tratamiento iniciaron, y esta determinó que optaría por una cirugía para evitar pasar por los efectos secundarios de otros tipos de tratamientos.

La cirugía, no obstante, tuvo que ser aplazada.

“El 14 de febrero fui a mi cita de seguimiento con una prueba de embarazo positiva y ahí pues entonces se detuvieron los planes de ir directo a sala (de operaciones)”, contó.

Finalmente, el 3 de octubre de 2023, recibió a su gran tesoro: Pablo Enrique.

Hermirelys Fuentes  y su hijo Pablo Enrique
Hermirelys Fuentes y su hijo Pablo Enrique (Suministrada)

La bendición de su hijo, como ella misma lo describe, trajo felicidad a su vida y la de su familia, pero también revivió el miedo por su condición.

Ocho meses después de su parto, Fuentes retomó sus citas de seguimiento y un mes después de haberlas retomado, entró a sala de operaciones con la fe que la caracteriza pero con algo de miedo por haberse separado de su hijo.

“Yo diría que fue la primera vez que me sentí con miedo porque sabía que alguien que dependía completamente de mí, me estaba esperando”.

Luego, la operación fue todo un éxito.

Hoy, Hermirelys utiliza su historia para exhortar a las mujeres al autochequeo y a “no quedarse con esa primera opinión médica si no están conformes o tienen dudas” y más importante para ella, a practicar la fe en este tipo de procesos.

“La fe y la confianza en que hay un ser supremo que obra y que organiza todo en un plan perfecto, pues definitivamente me daba mucha tranquilidad y mucha paz”, cerró diciendo.

¿Qué debe monitorear una mujer?

Hermirelys ha podido disfrutar de su hijo en salud gracias a que prestó atención a su cuerpo y decidió buscar una segunda opinión médica.

En esa línea, el oncólogo Luis Báez Vallencillo detalló a Primera Hora que uno de los factores más importantes a la hora de la prevención en el cáncer de seno es que una mujer conozca su cuerpo para que pueda identificar los cambios que ocurran en el.

Según dijo, entre los principales cambios que puede experimentar una mujer que padece cáncer de seno, además del conocido bulto o masa en el seno, está el hundimiento ya sea en la piel del seno, como en el pezón.

“El pezón se empieza a retraer… Se puede enrojecer, se puede poner edematoso, como que la piel más gruesa y puede tener como marcas de hinchazón, y ciertamente puede molestar, no tanto porque el cáncer duele, sino porque en mujeres pre-menopausicas que tienen cambios hormonales, el seno tiene ciertos cambios naturales que un tumor puede impedir y puede molestar mayormente en el tejido natural bueno”, explicó el galeno.

“Se puede tener una pesadez el seno porque el tumor tiende a ser más denso, más pesado que el tejido natural”, agregó.

Además de estos síntomas, las mujeres con cáncer de seno pueden presentar algún tipo de cambio en la axila. “En el área de la cola del seno, o donde empieza la axila, que es ese área detrás del pectoral, ahí puede haber agrandamiento, dolor, nodularidad, que palpemos los nódulos linfáticos”.

El doctor Báez Vallencillo reconoció también que hay prueba científica que asocia las enfermedades inflamatorias como el Crohn’s y Lupus, con una mayor incidencia en cáncer de seno.

“Reconocemos que ese estado pro-inflamatorio, tiende a desencadenar una degeneración celular que produce cáncer de seno. Lo mismo pasa con personas obesas, porque la grasa es un estado inflamatorio”, detalló.

Entre las recomendaciones que ofreció el experto para reducir la probabilidad de padecer cáncer de seno, están: evitar fumar y mantener un peso ideal.

Realizarse la prueba de sernimiento formal, la mamografía, también es importante. Actualmente, las guías indican que las mujeres de 40 años en adelante deben realizarse esta prueba anual. Una mujer con historial de cáncer familiar debe consultar con su médico cuándo comenzar a realizar esta prueba.