El tierno momento en que un niño con autismo abraza a un perro
El menor, que no permite que lo toquen, abrazó al can y se recostó sobre él.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 9 años.
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Kainoa Niehaus es un niño de cinco años de edad con autismo y residente en Japón que viajó junto con su madre a Ohio, Estados Unidos, para conocer a Tornado, un perro que se le asignó en la sede de 4 Paws for Ability, según narró BBC Mundo.
Según el citado medio, el lugar es un centro que se dedica al entrenamiento de canes que ayudan a niños y adultos con diferentes tipos de discapacidades.
La madre del menor Shanna Niehaus, publicó las fotos del encuentro entre su hijo y el perro mientras se fundían en un abrazo.
"¿Ven esto? Nunca en mi vida experimenté un momento así", escribió Niehaus en el comentario que acompaña la imagen.
El citado medio explicó que Kainoa no tolera que nadie lo toque ni que lo abrace. Sin embargo, con Tornado, fue diferente.
"Las imágenes muestran la cara de una madre que vio a su hijo -a quien ella no puede abrazar, lavar, vestir, tocar o acariciar- acostarse encima del perro voluntariamente y establecer un vínculo invisible", describió la conmovida mujer en el conmovedor mensaje que se volvió viral.
"En innumerables ocasiones he sido testigo de los momentos difíciles y dolorosos por los que ha pasado mi niño. Y he llorado en muchas oportunidades más", agregó, al tiempo que indicó que ha realizado esfuerzos para lograr que su hijo interactúe y logre conectarse con las personas cercanas a él.
"Durante meses me he sentado con él cuando llora porque no tiene amigos, porque aunque asiste a sus terapias regularmente, no puede interactuar con nadie aparte de los miembros de la familia", lamentó la angustiada madre.
"Pero ayer lloré por una razón distinta. Y no tengo palabras para describir lo que se sentí", expuso la madre que, tras ver la conexión entre Kainoa y el perro, siente esperanza en el porvenir de su hijo.
"Cada empresa que contactamos para conseguir a un perro de compañía, cada dólar que gastamos, cada formulario que llenamos, cada lágrima derramada, cada paso hacia adelante y cada retroceso, valieron la pena", concluyó.