Los ojos necesitan estar lubricados por las lágrimas para poder funcionar correctamente y estar sanos. Si no, aparecen las molestias e incluso una patología conocida como ojo seco.

Esta tiene lugar cuando los ojos no están suficientemente protegidos por la lágrima, bien porque no producen la suficiente cantidad, o bien porque estas no tienen la composición adecuada.

El ojo seco representa un problema cada vez más frecuente, aparte de ser una de las patologías que más se estudian en consulta, según constata el doctor Nabil Ragaei Kamel, jefe de Servicio de Oftalmología del Hospital Quirónsalud San José (Madrid): “Esto se debe a muchos factores. Quizá el auge ahora mismo se relaciona más con el uso de las pantallas, y con el estilo de vida que llevamos en interiores, donde hay ambientes secos o aire acondicionado”.

Es más, destaca que la incidencia de ojo seco se ha pronunciado también con el uso de las mascarillas.

“Quizá esto pueda estar relacionado con la disfunción de las lágrimas de meibomio, lo que se llama blefaritis, una inflamación crónica de las glándulas del borde del párpado, de donde sale una secreción grasa que irrita el ojo y desestabiliza la capa o película lagrimal. Estas glándulas normalmente producen una grasa fina que forma una capa muy fina que protege la película lagrimal y mantiene el ojo húmedo”, explica el especialista de Quirónsalud.

Ahora bien, el oftalmólogo subraya que, en caso de que este proceso no se desarrolle correctamente, el tipo de grasa que segregan estas glándulas se convierte en nociva para el ojo, desestabilizando en consecuencia esa capa lagrimal.

“Haciendo esto se produce más evaporación de la lágrima, por lo que no dura en el ojo y no protege la superficie ocular”, agrega.

La prevalencia de ojo seco, además, aumenta con la edad, según prosigue el doctor Ragaei Kamel, siendo más frecuente entre las mujeres en edad menopaúsica.

También influyen en la aparición de ojo seco la toma de algunos fármacos, o patologías como la artritis reumatoide o el síndrome de Sjögren.

Síntomas de ojo seco y posibles tratamientos

Entre los síntomas de ojo seco, la Academia Americana de Oftalmología (AAO) apunta a los siguientes:

  • Picor y ardor en los ojos
  • Ojo rojo
  • Tener muchas lágrimas
  • Dolor en el ojo al emplear lentes de contacto
  • Legañas o líneas de moco en el interior o alrededor del ojo
  • Sensación de arenilla y molestias
  • Visión borrosa, especialmente al leer

En cuanto al tratamiento, el doctor Ragaei Kamel indica que el oftalmólogo puede aconsejar el empleo de lágrimas artificiales, una serie de compuestos que imitan a la composición de la lágrima natural; el uso de gotas; y dado que en muchos casos el ojo seco va acompañado de blefaritis, apunta a la higiene palpebral, que consiste en aplicar calor sobre el ojo, seguido de un suave masaje en el borde del párpado con una espuma, gel o toallita, algo que está indicado especialmente por las mañanas.

“Existe una serie de medidas generales también como evitar ambientes con humo, corrientes de aire, ambientes secos, chorros de aire acondicionado dirigidos a la cara, etc. que le explicará su oftalmólogo”, señala en este sentido la Sociedad Española de Oftalmología (SEO).

El poder del láser IPL

Ahora bien, el jefe de Servicio de Oftalmología del Hospital Quirónsalud San José sostiene que en ocasiones, a pesar de estas medidas, pueden persistir las molestias o no mejorar la situación del ojo seco.

“Una solución muy buena para esta patología es el láser IPL o de luz pulsada. Se trata de un tratamiento muy sencillo que se realiza en consulta, normalmente son tres sesiones, cada una de dos minutos. La aplicación se realiza mediante pulsos de luz alrededor del ojo, nunca se realizan directamente sobre el ojo, y así se evita cualquier riesgo relacionado”, detalla este experto.

Según indica, la aplicación alrededor del ojo hace que una onda de calor calculada se propague por los tejidos de debajo de la piel, llegando hasta las glándulas del párpado, y estimulándolas.

“Con esta técnica se logra cambiar su secreción, y producir menos grasa nociva. En consecuencia, el paciente obtiene una mejor capa lagrimal, que dura más en el ojo, al tiempo que se evita esa evaporación precoz de la misma, así como la sequedad ocular”, valora el doctor Nabil Ragaei Kamel.

En concreto, el especialista recuerda que la aplicación del láser IPL es “muy sencilla”, y prácticamente es de un minuto por ojo prácticamente.

“El ojo está cubierto y protegido en cada momento, y tras la aplicación no hay ninguna indicación especial, salvo el uso de cremas protectoras de factor 50, porque la piel se hace más sensible al sol durante los primeros 4-5 días tras el tratamiento. Aparte de eso no hay ninguna indicación más o nada en especial. Se puede seguir tras la sesión de tratamiento con la vida normal del paciente y además sin ningún problema”, concluye el jefe de Servicio de Oftalmología del Hospital Quirónsalud San José.