La nutrióloga Angélica León Téllez Girón habló sobre lo dañinas que llegan a ser las “dietas milagro”, pues en vez de producir resultados positivos, pueden alterar la buena salud de la persona que se somete a estas rutinas de restricción alimenticia.

La especialista indicó a El Universal que podemos identificar que estamos por someternos a una “dieta milagro” cuando esta promete resultados a muy corto plazo y demanda el esfuerzo mínimo en la persona que la lleva a cabo. Además, la mayoría de ellas no cuentan con la autorización de una o un experto, por lo que la dieta habitual no es adecuada a las necesidades de cada persona.

“Todos buscamos buenos resultados, pero no podemos encontrar soluciones fáciles y rápidas para un problema complejo y crónico, como es en el caso de la obesidad y el sobrepeso”, señaló la jefa de la división de nutriología clínica, en el Hospital General Dr. Manuel Gea González, en México.

Una dieta personalizada -explicó- tiene una estructura específica, pues combate o asiste circunstancias determinadas. Por ejemplo, cuando una persona padece obesidad o sobrepeso, habitualmente, ha desarrollado otras condiciones como problemas cardiovasculares o hipertensión, por lo que será fundamental que tenga una dieta habitual que atenué dichos padecimientos.

“Si no enfocamos la dieta a esas características, podemos instaurar un plan de alimentación que afecte a esas otras enfermedades que ya están presentes o están por aparecer; muchas veces no las tenemos diagnósticas y, al no tomarlas en cuenta, (la dieta) podría sugerir un tipo de alimento que intensifique los problemas metabólicos”, expresó.

Para diferenciar entre una “dieta milagro” y un buen plan de alimentación, la doctora expuso que una buena dieta refleja cambios luego de que se reduzca el 5% del peso perdido; “cuando se tiene sobrepeso, lo ideal es que se pierdan de 300 gramos a 500 gramos a la semana, equivalente a medio kilo, durante los primeros meses de tratamiento”, destacó.

Si la o el paciente presenta una pérdida de peso mayor semanalmente, podría presentar efectos secundarios como dolor de cabeza, mareo, debilidad y, en el peor de los casos, padecer una descompensación por perdida de azúcar en la sangre, mejor conocida como hipoglucemia.

Además, la nutrióloga tocó otro tema importante: el de la recuperación de peso. Si bien, luego de someterse a una dieta, puede presentarse una pérdida de peso exitosa, la probabilidad de ganar peso nuevamente estará presente, sobre todo cuando la o el paciente no cambia los hábitos alimenticios, al ingerir los mismos productos que formaban parte de la dieta habitual previa.

“Se deben adoptar hábitos y cambios en el estilo de vida para evitarlo”, recalcó.

La doctora Téllez Girón también se refirió a la idea errónea que tenemos sobre la palabra “dieta” que es, frecuentemente, asociada a restricciones, pero en realidad, la definición de este término tiene que ver con el conjunto de alimentos y platillos que comemos a diario.

“Todos llevamos a cabo una dieta; hay quienes llevan una dieta hiperenergética o hipercalórica y quien tiene una dieta correcta, que equilibra y adecua los alimentos que consume y combina con actividad física”, profundizó.

En este sentido, la nutrióloga destacó la importancia de acudir con una o un experto, “no es necesario llegar al sobrepeso para acudir al nutriólogo”, acentuó.

La doctora también expuso que la ventaja de la nutriología es que la o el especialista se encargará de identificar qué alimentos de la dieta son insuficientes y cuáles se exceden, sobre todo cuando el “bombardeo” de información en redes sociales puede llegar a confundir a la o el paciente.

“Muchas veces hay que aclarar bastantes dudas que pueden surgir, porque podemos pensar que no hay nada malo en nuestra alimentación”, comentó.