¡Cuidado! No publiques fotos de tus hijos en las redes sociales
No los expongas al peligro.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 7 años.
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Lo vemos todos los días al entrar a las redes sociales: un bombardeo de fotos y vídeos de menores.
El diario de vida de los niños inicia con las dos rayitas en la prueba de embarazo que anuncian la llegada de un bebé. A partir de ese momento comienzas a compartir el sonograma, el embarazo, la llegada del bebé, la primera toma de leche, su primer diente y por ahí siguen centenares de fotos y vídeos con las que inundas tus redes sociales.
Muchos padres y madres lo hacen en su deseo de mostrar la felicidad que viven al lado de sus menores y compartir el crecimiento de sus hijos con el resto de sus amigos en la web. Algunos no son conscientes de que la práctica de subir fotos y vídeos de los hijos a las redes sociales pudiera afectar el desarrollo psicológico de los menores, anular los límites y hasta poner en riesgo la seguridad de la familia, entre otras cosas.
En el mundo de las redes sociales este comportamiento que ha sido estudiado por diversos profesionales de la salud mental , se le conoce como oversharing, un término anglosajón que define la obsesión por compartir en la web absolutamente todo lo que se hace a través de fotos y vídeos, especialmente de los hijos.
La vulnerabilidad a la que expones a tus hijos, sumado a la falta de seguridad familiar y el modelaje de vivir sin privacidad son los primeros riesgos que resalta el psicólogo clínico Héctor Coca sobre la mencionada práctica.
“El 70% de lo que van hacer tus hijos y la visión que van a tener del mundo proviene de los padres. La familia es el modelo de socialización número uno. Al exponer a tus hijos en Facebook o en cualquier otra red social, uno de los peligros más grandes es que nuestros hijos ven la vida privada y la intimidad como algo abierto donde los límites no existen. Esto tiene unas implicaciones serias dentro del aprendizaje, porque nuestros niños se crían sin límites y que todo el mundo puede tener acceso a su vida privada. Eso es muy peligroso”, explicó el psicólogo.
Como ejemplo de esta tendencia señaló que el niño ve a la madre escribiendo una molestia, una queja y expresando su estado emocional sin ninguna confidencialidad en la red social, por lo que puede entender que se trata de un comportamiento racional que también puede realizar habitualmente.
“Mami pone todo en Facebook y esas emociones dejan de ser confidenciales. La exposición te genera una vulnerabilidad enorme hacia las otras personas. Eso puede abrir las puertas a darle confianza a todo el mundo y el niño pueda estar vulnerable al acercamiento de gente mal intencionada y pedófilos”, comentó Coca, que a su vez enfatizó en el asunto de seguridad.
Un punto sumamente serio antes de que los padres publiquen un vídeo en redes sociales es que deben saber que esas imágenes de su hija con dos lazos y estrenado ropita nueva pude ser perfecta para los que se dedican a la trata humana, el crimen de mayor lucro en el mundo.
Para mantener control de tu intimidad y la de tus hijos -que no son conscientes de que mamá y papá ha hecho su vida pública- debes saber que entre mayor exposición, mayor peligro para propiciar el acercamiento de extraños al menor.
“La foto que pusiste de tu niña bien bonita en la red social le va a llegar a un traficante de India y tu nena le gustó para un comparador de niñas que le dijo que quería una nena así para ponerla a trabajar. Aunque por cuestiones de seguridad a ese comprador se le haría difícil llegar acá, lo cierto es que no se puede subestimar”, añadió el psicólogo.
Otro aspecto que lamenta Coca de esta práctica es que el tiempo que se dedica a las redes sociales implica menos tiempo de calidad con el menor.
Entre sus sugerencias para minimizar los riesgos figura el conocer de antemano las medidas de privacidad de la red social. Ajustar los settings para que aunque el perfil sea privado solo se dé autorización a un grupo selecto de personas que podrán ver esa imagen o vídeo.