¿Cuán reales son las enfermedades por tener implantes de seno?
Cirujanos plásticos hablan sobre los supuestos problemas de salud que han enfrentado féminas que se han realizado este tipo de cirugías.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 1 año.
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Las redes sociales han sido la plataforma de desahogo de famosas quienes han achacado sus afecciones de salud a sus implantes de seno. Este fue el caso de la periodista Bárbara Bermudo, quien dijo que sufría de 70 de los 150 síntomas que podría causar el llamado síndrome de ASIA, presunto padecimiento relacionado a los implantes mamarios de gel, silicona o soluciones salinas.
Aunque son muchas las féminas que han relacionado sus problemas salubres con este aparente síndrome o la enfermedad por implantes mamarios (BII, en inglés), los reconocidos cirujanos plásticos Carlos Portocarrero y Luis Rodríguez Terry cuestionaron la evidencia científica para sustentar estos reclamos, pues aseguraron que es inexistente.
“No es un diagnóstico, no es una enfermedad, no han identificado ningunas condiciones médicas específicamente asociadas con los implantes y esto no es algo nuevo. Esto hace casi 30 años se interrumpió el uso de los implantes por achacarle o insinuar que las condiciones, como enfermedades de tejido conectivo o autoinmunológicas podían estar asociados con los implantes”, refutó Rodríguez Terry en entrevista con Primera Hora.
“Mucho de lo que tu oyes en los medios de la crisis de los implantes pertenece al ámbito de la evidencia anecdotal. Evidencia anecdotal no es considerada evidencia científica. Por lo tanto, hay que tener mucho cuidado con lo que alguien dice”, coincidió Portocarrero.
Y es que ambos doctores detallaron que la evidencia que existe en los múltiples estudios que se han hecho para identificar la validez médica de este síndrome o la BII no establecen una relación entre los síntomas que dicen padecer las personas y los implantes de silicona o salina.
“Hay una cantidad de evidencia científica, con valores científicos, que no establece una relación causal entre ponerte implantes y tener esos problemas”, subrayó Portocarrero, quien cuenta con 37 años de experiencia en el campo.
Acorde a Rodríguez Terry, muchas mujeres, al pasar los 30 años, desarrollan condiciones autoinmunológicas o enfermedades de tejido conectivo, independientemente si tienen algún implante. Por lo tanto, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, en inglés) completó, por 15 años, estudios de mujeres con y sin implantes para, precisamente, establecer alguna relación entre los dos, lo que no se logró entablar.
“La incidencia de (desórdenes autoinmunológicas y de tejido conectivo) en mujeres mayores de 30 (años de edad) es casi un 30%. Así es que, asociarlo con un implante es tan preciso como asociarlo con pintarse el pelo. Hasta ahora, no hay nada médicamente que demuestre, en el punto de vista médico con estudios controlados y a largo plazo, que hay una asociación entre esto y los implantes”, reiteró el doctor que se ha dedicado a la cirugía plástica por más de dos décadas.
Recientemente, mujeres de varios países latinoamericanos y de España se han unido para alertar sobre las consecuencias del llamado síndrome de ASIA, pues no es considerado una patología. Según reportó la Agencia EFE, la actriz colombiana Angelly Moncayo, fundadora del proyecto ASIA Recovery, lideró en Cartagena de Indias el primer coloquio internacional para dar visibilidad al Síndrome Autoinmune Inducido por Adyuvantes (ASIA, por sus siglas en inglés) que, aunque no está catalogado como enfermedad, puede estar asociado al desarrollo de “un tipo de linfoma no hodgkiniano”, según investigaciones médicas.
“La enfermedad de Asia (está basada en) evidencia anecdotal, que si ves la pirámide de evidencia en la medicina esa es la que menos valor tiene. No es evidencia que los médicos podamos darle el valor que le da la comunidad. Ellos le dan validez. Ellos creen que eso existe en la comunidad médica, (pero no)”, repitió Portocarrero.
Según Portocarrero, aquellas que se someten a cirugías plásticas con implantes no aprobados por la FDA- como aquellos que compran de farmacias de comunidad en países extranjeros- las que se hacen transferencias de grasa, o las que se someten a operaciones de mano de una persona no certificada y quien no es cirujano muy probablemente tendrán serios efectos secundarios. De lo contrario, afecciones de la salud no están relacionados a implantes de seno.
“Sabrá Dios lo que ponen en esos implantes”, subrayó el galeno. “La gente se mete en líos, porque están buscando mejorar el contorno. Para eso, existen unos implantes bien difíciles de imitar, bien difíciles de operar”, agregó al también cuestionar cuán aleatorio son los síntomas que dicen sufrir las que padecen del síndrome de ASIA.
La diferencia, sin embargo, existe en aquellas que tienen implantes texturizados, pues ese implante causa irritación crónica y hasta cáncer, llevando a que la FDA le solicitara a la compañía Allergan a retirar estos implantes del mercado a nivel mundial. Fue uno texturizado, del cual Portocarrero confesó nunca haber implantado, que tenía la animadora Giselle Blondet, quien el año pasado documentó el explante.
Lo mismo sucede con la supuesta fecha límite para cambiarse los implantes, pues se ha divulgado erróneamente que los implantes se deben cambiar cada cierto tiempo, concordaron los cirujanos quienes aseguraron que una fémina con implantes aprobados por el FDA, colocados de la mano de un cirujano con experiencia y certificado y que, al momento de la operación, la mujer esté en óptimas condiciones de salud no tiene por qué cambiarse los implantes en el resto de la vida, aún si se le explotan.
Portocarrero relacionó este reclamo a la garantía de los implantes, pues indicó que algunos doctores acceden a retirar los implantes cada vez caduque la garantía. Por su parte, Rodríguez Terry indicó que “en la generación anterior de implantes” estos se rompían entre cinco a 10 años después de la cirugía, lo que dio paso al mito de que se tienen que cambiar periódicamente.
“Quizás a algún cirujano le encantaría (que se tengan que cambiar cada cierto tiempo). (Pero), hasta explotado se puede vivir saludablemente”, expresó Portocarrero.
La influencia de los “influencers”
Por cuanto hay una gran cantidad de figuras públicas quienes comparten sus testimonios y alegan padecer de la BII, son muchas las que podrían sentirse identificadas. Empero, de acuerdo a la experiencia de Rodríguez Terry, aquellas quienes se han retirado los implantes por problemas de salud solamente sienten alivio emocional, al saber que sus afecciones no se debían al implante.
“Por experiencia propia, la mayoría de las mujeres, cuando las entrevisto después, me dicen ‘pues, por lo menos me quité de encima esa preocupación. Me siento igual, pero me quité de encima esa preocupación’”, relató.
Por ende, es de suma importancia consultar cualquier síntoma que esté sufriendo con su médico y, de buscar información en el Internet, debería regirse a fuentes de información principales, como la página oficial de la FDA o de la Sociedad de Cirugía Plástica y no dejarse llevar por la información de las redes sociales, que en muchas instancias puede inducir al error.
“El problema es que, hoy en día, la información médica se difunde a través de ‘social media’. Esa es la fuente de información para mucha gente, para bien o para mal. Una persona que es un influencer, una persona en los medios, una persona que la gente admira, pues va a tender a darle más peso a eso, aunque no esté fundamentado en ciencia, en algo científicamente comprado”, comentó.