¿Cómo calmar la dermatitis atópica?
Esta condición afecta principalmente a los niños pero también los adultos la padecen.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 6 años.
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Es una condición que produce eccemas y picor persistente, una patología que deteriora el día a día de la vida de quien la padece.
Hablamos de la dermatitis atópica, que se detecta en los primeros meses de vida de un niño, una enfermedad de la que “en teoría, el 80% de los pacientes mejora con la edad”, explica el Jefe de Dermatología del Hospital de la Paz, Raúl de Lucas. Afecta al 40% de los niños y bebés, pero también padecen los adultos.
Tiene un diagnóstico clínico “sencillo”, comenta De Lucas, al tratarse de una enfermedad que es visible por sus brotes en la piel, y una de sus principales raíces se encuentra en los antecedentes familiares.
¿Quienes la padecen?
“El 20% de los niños en edad escolar la padece”, detalla el dermatólogo, quien añade que es una enfermedad asociada a la protección excesiva hacia la suciedad e indica que la piel es un órgano que interviene en la inmunidad innata del organismo.
El hecho de que los niños estén cada vez menos en contacto con la suciedad “hace posible que ésta sea una de las causas, según algunos doctores. Claro que es una teoría con seguidores, pero también detractores”, afirmó.
Reconoce que se trata una enfermedad más vinculada a la infancia y la adolescencia, etapas en las que los pacientes están más sometidos a irritantes. En los adultos las secuelas aparecen en rostro y manos: a muchas mujeres les impide maquillarse y a los hombres les afecta en el afeitado.
Son visibles porque afectan a las manos; también aparecen en forma de manchas faciales en párpados y labios.
Lo cierto es que a pesar de los tratamientos, la enfermedad se hace tan evidente en algunos casos que los pacientes se sienten rechazados socialmente. “Hay que diferenciar las atopias graves con otras de baja intensidad”, indica.
Hay eccemas de fácil tratamiento mediante productos tópicos que “mejoran la atopía, pero las severas te cambian la vida porque se hacen visibles y el picor llega a ser insoportable”, añade De Lucas.
El especialista considera que la herencia es determinante en la aparición de esta enfermedad que altera la barrera cutánea e inmunológica. Las posibilidades aumentan si uno o ambos padres la padecen.
Los factores ambientales pueden ser desencadenantes. Las temperaturas extremas, la exposición al cloro y la contaminación son elementos que inciden en la aparición de la enfermedad, además de una incorrecta higiene con jabones agresivos.
De Lucas advierte de que hay una causa directa que va asociada a sus beneficios: “El estrés lo empeora, libera sustancias inflamatorias que provocan que se potencie las dermatitis”.
Algunas terapias de aguas termales reducen el proceso inflamatorio de la enfermedad y favorecen la hidratación, según explica el médico.
Para equilibrar la alteración de la barrera cutánea que se produce con los eccemas, la doctora Christelle Durieu, de los Laboratorios Ducray, indica que los dermocorticoides -cremas a base de cortisona que se emplean por su poder antiinflamatorio en la piel- forman parte del tratamiento de referencia, junto a los emolientes como complemento.
“El dolor y el picor producidos pueden ser el origen de trastornos del sueño y repercutir en la calidad de vida”, comenta la doctora, quien apunta a lo importante que es reducir el impacto psicológico que la dermatitis provoca en los pacientes y en su entorno que puede llevar a estados ansiosos o depresivos en caso del enfermo.
Factores que la empeoran
Alergias al polen, el moho, los ácaros del polvo o los animales
Resfriados o la gripe
Contacto con materiales irritantes y químicos
Contacto con materiales ásperos como la lana
Piel reseca
Estrés emocional
Resequedad de la piel por tomar baños o duchas frecuentes o nadar con mucha frecuencia
Enfriarse o acalorarse demasiado, al igual que cambios súbitos de temperatura
Perfumes o tintes agregados a las lociones o jabones para la piel
(Fuente: MedlinePlus)