Cirujano boricua da esperanza a pacientes en riesgo de amputación
El trabajo del galeno ha sido reseñado por el New England Journal of Medicine por un novedoso procedimiento que destaca a nivel mundial.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 1 año.
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El reconocido cirujano vascular Jorge Luis Martínez Trabal se convirtió en uno de los primeros galenos puertorriqueños en publicar en el New England Journal of Medicine -considerada la revista médica más importante a nivel mundial- con un estudio investigativo que brinda esperanza a los pacientes diagnosticados con el síndrome de isquemia aguda en las extremidades y que estén en riesgo de amputación. Se trata de una condición que afecta, principalmente, a los diabéticos.
En la investigación participaron cerca de 10 especialistas de 19 centros, en su mayoría de Estados Unidos, incluyendo a Puerto Rico, a través del Centro de Cirugía Vascular Agudo del Centro Médico Episcopal San Lucas de Ponce.
Allí se trabajó con 15 pacientes, pero solo 12 fueron aceptados para el estudio, pues debían tener las mismas características de heridas por falta de circulación. Aun así, el médico continuó con el procedimiento en la totalidad de la muestra, logrando salvar las piernas al 76% de los participantes.
Según el galeno, la tecnología utilizada fue el sistema Limflow, “un procedimiento mínimamente invasivo que consiste en enlazar una vena con una arteria tibial para que el flujo de la sangre pueda sobrepasar la obstrucción y llegar al pie, logrando así arterializar la vena del pie en estos casos donde no existe una vena viable que lleve flujo sanguíneo”.
De acuerdo con el cirujano vascular, la ventaja del procedimiento es que disminuye el riesgo de una amputación en menos de un 20%.
“Este procedimiento se utiliza para tratar a pacientes de enfermedad arterial periférica con pérdida de tejido. Esto quiere decir que tienen las arterias obstruidas y han desarrollado úlceras que no han podido sanar por falta de circulación o gangrena. Este estudio brinda esperanza a los pacientes, muchas veces diabéticos, para que puedan sanar sus heridas y tener mejor calidad de vida sin perder su pierna”, aseguró.
“Es un avance tremendo en lo que es esta enfermedad. De hecho, hubo tres pacientes adicionales que no los aceptó el trial, pero que les hicimos el procedimiento y les salvamos la extremidad. Así que funcionó también para ellos”, destacó al señalar que el renglón de edades, en general, estuvo entre los 38 a 89 años.
De otra parte, enfatizó en la importancia de salvar una extremidad ya que alarga la vida del paciente.
“Lo importante es ver que si no hacías nada, el 60% de los pacientes, garantizado, iban a terminar con una amputación. Y de esos pacientes que se amputan, la media de vida es de seis meses. Es casi como que te diagnostiquen una masa en el páncreas. Es así de malo; esto es con lo que brego todos los días”, lamentó el médico de 51 años.
“Solamente salvarle la extremidad tiene un impacto directo en dos cosas importantes: el largo de vida aumenta más de un año y también aumenta la calidad de vida, porque una persona sin una pierna, que se le ampute a los 80 años, esa persona no va a volver a caminar. Lo estás sentenciando a estar encamado”, apuntó.
Cabe destacar que el síndrome de isquemia aguda en las extremidades ocurre cuando se obstruyen las arterias, evitando así que la sangre y el oxígeno lleguen hasta la parte baja de las piernas. Esto ocasiona que los pacientes experimenten dolor crónico, heridas que no sanan, infecciones y otros síntomas severos.
Igualmente, mencionó que, “se estima que una tercera parte de los pacientes amputados desarrollan depresión o ansiedad y que muchos experimentan el llamado ‘dolor fantasma’, es decir, dolor cuando ya la extremidad no se encuentra ahí”.
“Esta condición también puede ocurrir con frecuencia en pacientes que padecen arteriopatía coronaria, enfermedad renal crónica, obesidad, colesterol alto o alta presión sanguínea”, sostuvo.
Finalmente, manifestó que, “lo más importante que yo entiendo de esta publicación, en este momento, es dejarle saber a la gente que en Puerto Rico se puede ofrecer la más alta calidad de la medicina del mundo”.
“Si nosotros somos capaces de contribuir científicamente al más alto nivel mundial, somos capaces de reformar la salud de Puerto Rico de una manera más correcta, logrando residencias acreditadas, investigación científica, integración con las escuelas de medicina en los hospitales, logrando que las aseguradoras se comprometan a trabajar con la calidad de la medicina”, resaltó.
Para detalles sobre el artículo ‘Transcatheter Arterialization of Deep Veins in Chronic Limb-Threatening Ischemia’ publicado en el New England Journal of Medicine, puede acceder a: https://nej.md/3Kb RNpS.