Cerca de una cura para el Linfoma no Hodgkin
El doctor Grillo comentó que se estima que son más de dos millones las personas que se han beneficiado del tratamiento desde entonces.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 12 años.
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Perdieron un médico, pero obtuvieron una exitosa cura para el Linfoma no Hodgkin.
Cuando hace más de tres décadas el doctor Antonio J. Grillo López, hematólogo y oncólogo, les informó a sus pacientes que se trasladaría de Puerto Rico a California para realizar investigaciones destinadas a encontrar una cura para el cáncer, éstos lo lamentaron mucho. Sin embargo, lo despidieron con la esperanza de que lograría su propósito. Y él no los defraudó; ayudó a desarrollar la inmunoterapia, tratamiento que se suministra por vía intravenosa a los pacientes de Linfoma no Hodgkin.
En 1992, el doctor Grillo se fue a trabajar a la compañía IDEC Pharmaceuticals en San Diego, California, lugar donde se le encomendó el desarrollo de la parte clínica de la inmunoterapia, tratamiento que fue aprobado por la Administración Federal de Drogas y Alimentos (FDA) en 1997 y nombrado comercialmente como Rituximab.
El doctor Grillo comentó que se estima que son más de dos millones las personas que se han beneficiado del tratamiento desde entonces.
Tanto él como su equipo tenían mucha confianza en el éxito del tratamiento debido a la experiencia con las vacunas, que funcionan estimulando al sistema inmune para que reconozca y destruya a la entidad foránea que lo está atacando.
“Así que, ¿por qué no poder hacer eso con el cáncer también?”, analizó el doctor, quien agregó que espera que este principio se utilice para combatir otros tipos de cáncer.
“Yo recuerdo que cuando les dije a mis pacientes que me iba porque quería hacer investigación en cáncer mas allá de lo que podía hacer en Puerto Rico, muchos de ellos me dijeron: ‘Sí, doctor, haga usted todos los esfuerzos para desarrollar algo para que, si no nos cura a nosotros, cure a los que vienen de frente’. Siempre he tenido eso bien presente y sé que la mayoría de los investigadores de cáncer tienen al paciente bien presente”, opinó.
Son muchas las personas que piensan que el doctor se ha vuelto millonario con las ventas del Rituximab, sin embargo, nada más lejos de la verdad, pues solo recibió un dólar tras firmar un contrato en el que renunció a los derechos de las patentes del tratamiento y los cedió todos a la farmacéutica.
“Curiosamente, ese dólar, lo llevo en mi cartera todos los días. Ellos me entregaron un dólar por las 35 patentes que yo generé trabajando en ese tratamiento y no te lo digo porque eso me moleste de ninguna forma”, expuso el doctor. “Lo que a mí me importa son los muchos pacientes que se han beneficiado con el tratamiento”, aseguró.
Enfermedad complicada
El doctor explicó que las células cancerosas dificultan la tarea del sistema inmunológico para combatirlas y eliminarlas, pues parecen “normales” y el cuerpo no tiene la tendencia natural de atacarse a sí mismo.
El oncólogo explicó que para el tiempo en que se desarrolló el Rituximab (década de los noventa) las clasificaciones de los linfomas eran “foliculares” y “difusos”, entre otros. Eventualmente, ambos fueron clasificados como Linfoma no Hodgking.
El tratamiento que tradicionalmente se utilizaba para tratar los linfomas difusos de células grandes era el protocolo CHOP (que se basa en la combinación de los fármacos ciclofosfamida, doxorubicina, vincristina y prednisolona) porque era curativo en alrededor del 40 y 50 por ciento de los pacientes.
“Uno puede tratar a los pacientes y sus nódulos linfáticos se pueden reducir de tamaño. Incluso, en algunos casos, pueden aparentemente desaparecer, pero luego regresan; o sea, que no están curados”, advirtió el profesional. “En estas enfermedades, en la mayoría de los cánceres, para uno poder conseguir una cura, hay que remover hasta la última célula (tumoral) que existe en el cuerpo del paciente”, estableció el doctor, quien agregó que este tipo de tratamiento solo remueve las células tumorales que sean identificables en estudios radiográficos o tomografías computarizadas (CT).
“Todas esas pruebas, incluso las más sofisticadas, tienen sus límites. El CT, por ejemplo, puede detectar un nódulo dentro del vientre o dentro del tórax hasta de un tamaño de medio centímetro de diámetro, pero un nódulo más pequeño, no puede detectarlo”, advirtió el doctor.
Sin embargo, el doctor no le restó mérito a la quimioterapia ni a su capacidad para disminuir el tamaño de los nódulos y de los síntomas. “A algunos pacientes se les puede prolongar una vida productiva y libre de síntomas por mucho tiempo, particularmente en un tipo de Linfoma no Hodking, llamados de ‘bajo grado’ y que en muchas ocasiones, son menos agresivos”, comentó el doctor. “Si es más agresivo, la mayoría de las veces, no lo podemos curar con la quimioterapia”, agregó.
La quimioterapia, por otro lado, es un tratamiento que tiene efectos adversos, como que no puede distinguir entre el tumor y los tejidos normales del cuerpo y que también afecta la producción de la sangre porque ataca a la médula ósea.
Netamente puertorriqueño
Para orgullo nuestro, el doctor Grillo López siempre se identifica como “un producto 100 por ciento puertorriqueño” pues, además de criarse aquí, también estudió en el Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico.
“Yo siempre, dondequiera que voy, la gente sabe que soy puertorriqueño y con orgullo lo digo. Y no solo eso; los que me conocen saben pronunciar mi apellido correctamente y nadie me dice ‘Grillou’. Han aprendido a decirme ‘Grillo’ y nadie dice Loupez... (dicen) López, con acento en la ‘o’”, enfatizó.
“En varias actividades, donde me han dado premios a nivel nacional o internacional, lo primero que digo en el discurso para aceptar el premio es que soy puertorriqueño y que me eduqué en la Universidad de Puerto Rico”, enfatizó.
“A veces, tenemos un poco de complejo porque somos pequeños y somos isleños, pero no debemos sentirnos así. Debemos sentirnos capacitados porque tenemos instituciones escolares y académicas que son buenísimas”, manifestó. “Yo creo que eso es importante porque, desafortunadamente, hay algunos puertorriqueños que salen de la Isla y no la vuelven a mencionar. No niegan que son puertorriqueños pero tampoco lo mencionan”, concluyó.
¿Qué es el LNH?
La Sociedad Americana del Cáncer define al Linfoma no Hodgkin (también conocido como LNH o linfoma) como una enfermedad que comienza en las células llamadas linfocitos, que son parte del sistema inmunológico del cuerpo. Los linfocitos se encuentran en los ganglios linfáticos y en otros tejidos linfáticos (tales como el bazo o la médula ósea).
Quimioterapia
La Sociedad Americana del Cáncer define a la quimioterapia (quimio) como el uso de medicamentos contra el cáncer que se inyectan en una vena, debajo de la piel, o en el líquido cefalorraquídeo, o que se toman por vía oral para destruir o controlar las células del cáncer. Excepto cuando se administran en el líquido cefalorraquídeo, estos medicamentos entran en el torrente sanguíneo y llegan a todas las áreas del cuerpo, lo que hace que este tratamiento sea útil para cánceres tales como la leucemia, que se propaga por todo el cuerpo.
Fuente: Sociedad Americana del Cáncer