Una de las leguminosas más populares de nuestra cocina es el garbanzo. Ya sea en ensalada de granos o en los famosos garbanzos guisados con patitas de cerdo, forma parte de nuestra dieta desde pequeños.

 Pero más que una deliciosa fuente de proteína vegetal, se trata de una legumbre que aporta  beneficios para nuestra salud. Según varias publicaciones médicas, su consumo puede ser provechoso para diferentes condiciones.

Diabetes

Se ha demostrado que en el caso de pacientes del Tipo 1, una dieta alta en fibra (y el garbanzo es una gran fuente) reducirá los niveles de glucosa en la sangre y en los del Tipo 2 puede mejorar los niveles en la sangre de azúcar, lípidos e insulina.

Salud ósea

El hierro, fosfatos, calcio, magnesio, manganeso, zinc y vitamina k presentes en el garbanzo contribuyen a construir y mantener la estructura y fuerza ósea.

Presión sanguínea

Mantener una ingesta baja de sodio ayuda a bajar la presión sanguínea. Sin embargo, aumentar la de potasio (y el contenido del garbanzo es alta) es tan importante por el llamado efecto de vasodilatación.

Salud cardiaca

Contiene una cantidad significativa de fibra, que ayuda a reducir el nivel de colesterol en la sangre y, así, reducir el riesgo de enfermedades del corazón.

Información nutricional (100 gramos cocidos sin sal)

Nos aporta hidratos de carbono (creadores de energía), fibra dietética (buena para la salud cardíaca y digestiva), proteínas y grasas, pero además, los garbanzos ofrecen en su composición vitamina A, B6, C, E y K, calcio, fósforo, potasio, zinc, magnesio, hierro y sodio.