La Semana Santa tiene gran significado para la comunidad católica porque, hasta la llegada del Domingo de Pascuas, se recuerdan los días previos de Jesús y sus padecimientos hasta morir crucificado. Aunque la jornada de mayor reflexión y oración se concentra el viernes, es importante conocer qué pasó el Miércoles Santo y así experimentar con mayor detalle los sucesos bíblicos.

Durante el miércoles de Semana Santa se conmemoran tres hechos de la vida de Jesús, que han sido popularmente conocidos y que vale recordar en estos días previos al Domingo de Resurrección.

Hacemos un recuento de varios templos importantes en Puerto Rico.
La conspiración de los ricos

Por un lado, uno de los puntos que los fieles recuerdan el Miércoles Santo es la conspiración de la elite de Jerusalén para apresar a Jesús, preocupados por su prédica contra la acumulación de riquezas. Del mismo modo, con algunos de sus actos, como la expulsión de los mercaderes del templo, Jesús intentó alejar a los fieles del lucro que representaban quienes querían derrocarlo.

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Por eso, la tradición bíblica contenida en el Evangelio según San Mateo cuenta que “se reunieron los príncipes de los sacerdotes y los ancianos del pueblo en el palacio del pontífice, llamado Caifás”. Fue en ese encuentro, a espaldas de la sociedad, que definieron “el modo de apoderarse de Jesús con engaño para darle muerte”.

El óleo sobre la cabeza de Jesús

En el capítulo de la Biblia llamado “La unción en Betania”, una mujer de esta ciudad vierte todo su óleo sobre la cabeza de Jesús y escandaliza así a sus discípulos por tratarse de un derroche. Tranquilo, Jesús contesta: “Déjenla, ¿por qué la molestan? Ha hecho una buena obra conmigo. A los pobres los tendrán siempre con ustedes y podrán hacerles bien cuando quieran, pero a mí no me tendrán siempre. Ella hizo lo que podía; ungió mi cuerpo anticipadamente para la sepultura. Les aseguro que allí donde se proclame la buena noticia, en todo el mundo, se contará también en su memoria lo que ella hizo”.

La entrega de Jesús para ser juzgado se concretó cuando Judas Iscariote lo traicionó a cambio de 30 monedas de plata.
La entrega de Jesús para ser juzgado se concretó cuando Judas Iscariote lo traicionó a cambio de 30 monedas de plata. (Suministrada)
La traición de Judas

El último de los eventos que se recuerda el Miércoles Santo es la traición de uno de sus 12 discípulos, Judas Iscariote, relatada de esta forma en el Evangelio según San Lucas: “Entró Satanás en Judas, que era del número de los 12, y fue a tratar con los príncipes de los sacerdotes y los oficiales sobre la manera de entregárselo. Ellos se alegraron y convinieron con él en darle dinero”. Finalmente, la entrega se concretó al día siguiente, según cuenta el Evangelio según San Mateo a cambio de 30 monedas de plata.

Por qué se come pescado en Semana Santa

Para la liturgia, la Semana Santa es un tiempo de reflexión y oración que recuerda el sufrimiento de Jesús antes de ser crucificado, por lo que los católicos en estos días realizan una introspección y una purificación espiritual, que incluye un período de penitencia, y quienes lo decidan pueden realizar una jornada de ayuno y abstinencia.

Sin embargo, la mayoría de los creyentes opta por comer pescado durante el Viernes Santo, debido a que coincide con el día en que Jesús muere en la cruz, y se acompaña ese hecho tan central para la Iglesia con un sacrificio, como es no consumir carnes rojas o de aves.

Más allá de la ingesta de pescado durante el Viernes Santo, el concepto esencial de estos días es realizar un sacrificio personal, que puede estar vinculado a otras acciones o valores, como el perdón, la tolerancia, la empatía, un gesto de ayuda y solidaridad hacia los demás, o la intención de cambiar alguna actitud que no va en línea con los preceptos bíblicos.