AGUADA. El monumento de 40 pies de altura con una cruz en el tope, ubicada en el barrio Guaniquilla, marca la región por la que se ha establecido que Cristóbal Colón desembarcó en Puerto Rico el 19 de noviembre de 1493.

Aunque otros pueblos, como Mayagüez y Aguadilla, han reclamado también que fue por sus costas que el almirante entró a la Isla, para el siglo 19 se adjudicó el hecho histórico a la “Ciudad del Descubrimiento”, cuando el escritor e historiador Salvador Brau presidió la Junta del Cuarto Centenario que evaluó la evidencia histórica presentada por el historiador, periodista, político y médico puertorriqueño Cayetano Coll y Toste.

Fue precisamente en el 1893 cuando se levantó el monumento original, en la margen izquierda del Río Culebrinas, por el brigadier Patricio Montojo, después de las deliberaciones de la Junta del Cuarto Centenario. Esa edificación colapsó tras el terremoto de San Fermín en 1918.

La cruz fue reconstruida en 1928 por iniciativa de la Liga Patriótica de Aguada, dirigida por Eugenio González. Eligieron la nueva ubicación del monumento en Guaniquilla, ya que fue en los cerros de este barrio donde se localizaban los históricos pozos colombinos donde los barcos hacían la aguada (paraje para recoger agua).

Eugenio González fue el primer historiador aguadeño, de los primeros farmacéuticos y fundador de la farmacia la Salud, en 1915 y que cuenta con 106 años de existencia en este pueblo. Su legado es reconocido en uno de los tres bustos que decoran la plaza, junto a los de los historiadores Salvador Brau y Cayetano Coll y Toste.

Para la década de 1950 el área se convierte en una plaza y parque histórico. Su más reciente remodelación fue en el 2015. En la tarima fue pintado un mural luego del huracán María, que curiosamente, se hizo mientras los vecinos alumbraban con las luces de sus autos.

La Plaza Cruz de Colón es custodiada por el Municipio de Aguada, pero también es protegida por el grupo comunitario Los Guardianes de la Costa, que lidera un proyecto de limpieza de la costa de la playa Mameyito, localizada frente al monumento. Además, han creado una serie de obras en madera con la idea de embellecer el barrio y atraer el turismo. Se trata de diez piezas entre las cuales hay una mariposa, un caballito de mar, una silla gigante con la bandera, entre otras que representan elementos de nuestra cultura, y que se ven enmarcadas por los espectaculares atardeceres del oeste borincano.

Así, este espacio histórico se ha transformado en un punto de encuentro para los aguadeños, mediante la celebración de festivales, exhibiciones, clases de salsa, entre otras actividades culturales en el Pueblo Playero.