Este miércoles, 21 de diciembre, llegó el Solsticio de Invierno, el día más corto en el hemisferio norte y el más largo del año en el hemisferio sur, pero ¿por qué sucede esto? Aquí te contamos.

¿Qué es el Solsticio de Invierno?

El Solsticio de Invierno es el fenómeno astronómico que marca el inicio de la temporada invernal en el hemisferio norte del planeta Tierra.

Asimismo, de acuerdo con expertos, durante el Solsticio del 21 de diciembre se vive el día más corto en el hemisferio norte y el más largo del año en el hemisferio sur.

Los solsticios ocurren dos veces al año, el primero se da durante junio (solsticio de verano), mientras que el segundo sucede en diciembre, cuando el Sol se sitúa a mayor distancia del Ecuador.

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En el hemisferio norte, donde se han desarrollado la mayor cantidad de las culturas destacadas de la antigüedad, los días (horas de luz solar) comienzan a hacerse más y más largos a partir del solsticio de invierno, por lo cual no es raro que marcara la celebración del regreso del Sol para la mayoría de las culturas, después de haber pasado por un periodo lúgubre con pocas horas de luz. El “triunfo del Sol sobre las tinieblas” como solían llamarlo durante el imperio romano.

¿Por qué se producen los solsticios?

Los solsticios, cuyo significado proviene del latín y significa Sol quieto o estático, se producen por la inclinación del eje de rotación de la Tierra, lo que hace que varíe la iluminación de la Tierra a lo largo del movimiento del planeta en su órbita alrededor del Sol.

Los rayos del Sol inciden de manera diferente sobre la superficie de la Tierra durante el año. A partir del solsticio de invierno, y durante los siguientes seis meses –hasta el solsticio de verano– la incidencia de los rayos solares aumenta, hasta llegar al día más largo del año en el hemisferio norte sobre el 21 de junio.