Los errores más comunes en nuestro idioma español
¿Qué eso se escribe cómo?
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 5 años.
PUBLICIDAD
Los que vaticinan el fin de la lectura y la escritura con el advenimiento de las nuevas plataformas digitales, probablemente se equivoquen: escribimos más que nunca. ¿Será por eso que también nos equivocamos más? ¿O fallamos en recordar los correctos usos de ciertas normas de puntuación y formas verbales? ¿Hay tiempos verbales o errores de ortografía que tienden a prestarse a la confusión más fácilmente?
Errores de concordancia, de puntuación, mal uso de prefijos y de comillas. Lo cierto es que, en mayor o menor medida, casi todos incurrimos diariamente en al menos uno de estos errores, los más comunes de nuestra lengua.
Los más recurrentes:
Se dice “yendo”, no “llendo”. Sea porque el uso de la “y” y de la “ll” es similar desde lo fonético o por no terminar de internalizar esta regla gramatical mucha gente escribe “llendo” en lugar de hacerlo en forma correcta, “yendo”.
Ojo con confundir “haya”, “halla” y “allá”. Como vemos en el punto anterior, las palabras que van con “y” y “ll” suelen mezclarse. Lo mismo pasa con “haya” (el subjuntivo del verbo haber, por ejemplo, para decir “espero que haya comida”) y “halla” (de “hallar” algo, encontrar), que, a su vez, se confunde con “allá” (adverbio que indica lugar).
Cómete esa coma. No hay que poner una coma entre sujeto y predicado. Un error tan común como inexplicable. Suele decirse: “El velocista, consiguió el récord en su categoría”. No solo no corresponde usar esa coma, sino que ni siquiera debería haber una pausa al pronunciar la frase.
Por qué, porque y “el porqué”. Suelen mezclarse todos. Lo correcto es:
- “Por qué” se usa solo como interrogativo, aunque no haya signos de interrogación (“¿Por qué hiciste esto?” o “No sé por qué hiciste esto”).
- “Porque” se usa para explicar la causa de algo: “Hice esto porque quería”.
- “Porqué” es un sustantivo que significa “la causa” o “el motivo”. Se puede usar en plural y siempre va precedido por un artículo (“sigo sin entender el porqué de lo que hiciste”.
Concordancia. A veces oímos decir o leemos: “la primer cita, la primer salida, la primer película”, cuando en realidad deberíamos decir “la primera cita, la primera salida, la primera película”. Si el sustantivo es femenino, siempre va “primera”. No ocurre lo mismo con la palabra “medio”. Solemos decir “estoy media cansada”. Pero, literalmente hablando, la media es una pieza de vestir y va en los pies. Lo que deberíamos decir es “estoy medio cansada”.
Ni “hubieron” ni “habían”. Es incorrecto decir “hubieron muchos accidentes”. La forma correcta es “hubo muchos accidentes”. Lo mismo ocurre con el verbo “haber”. No se dice “habían 100 personas”, sino “había 100 personas”. El verbo haber es impersonal y no cambia en número. Por lo general, si hablamos en tiempo presente todo el mundo sabe utilizarlo, se sabe que se dice “hay 10 personas” .
Redundancia. Decir “hace 20 años atrás” es redundante. Hay dos formas de corregirlo: “hace 20 años” o “20 años atrás”.
Sino / si no. Otro error frecuente es confundir “si no” y “sino”.
- SI NO: Se escribe separado cuando se usa en una oración condicional negativa (“Te vas a quedar sin comer si no llegas temprano”) o cuando significa “de lo contrario” (“tienes que llegar temprano, si no te vas a quedar sin comer”).
- SINO: en cambio, “sino” se puede usar como sinónimo de “excepto” (“no pienso explicárselo a nadie sino a ti”), como reemplazo de “más que” u “otra cosa que” (“no quiero comer sino papas fritas”), junto con la construcción “no solo” (“No solo no vas a comer papas fritas, sino que además te vas a ir a dormir antes”) o para refutar algo que se haya negado antes (“No dije que no iba a haber papas fritas, sino que no ibas a comerlas si llegabas tarde”).
Error de “base”. ”En base a” se suele usar mal. Decir que hicimos las cosas “en base a algo” es tan común como erróneo. Por ejemplo: “Hice la comida en base a la receta que me diste”, en realidad debería decirse: “Hice la comida usando como base la receta que me diste”.
“Prever”, no “preveer”. Prever es igual a ver, pero con el prefijo “pre”. Por lo tanto, debería conjugarse igual que ver. Preví, previó. La mayoría de la gente le agrega una “e” y hace una mezcla entre “prever” y “proveer”. Pero “preveer” no existe.
No se juntan. “Osea”, “nose”, “asique”, “enserio”, “abordo". Muchas veces las vemos escritas como si fueran una sola palabra. Sin embargo, en todos los casos lo correcto es separarlas con un espacio en el medio.
“Le” y “les”. El pronombre debe concordar con el complemento, no con el sujeto, entonces es “Juan les dijo a los chicos que vinieran” y “El comerciante les hizo precio a los clientes”.
No deducí, deduje. Hay verbos irregulares que por lo general se conjugan mal: traducir, deducir, reducir. Mucha gente dice “traducí”, “deducí”, “reducieron”, cuando en realidad lo correcto sería “traduje”, “deduje”, “redujeron”.
Una confusión recurrente: “ha”, “ah”, “a”. “Ha” es del verbo haber, “ah” es una interjección para denotar pena, admiración, sorpresa o sentimientos similares. Y “a” es una preposición: “a partir de mañana, me sentiré bien”.
“Haber” vs. “a ver”. Lo correcto es decir “vamos a ver una película” a “va a haber una tanda de esa película”.
La “s” al final de los verbos. Es incorrecto agregar una “s” luego de verbos: “dijistes”, “fuistes”, “vinistes”.
Echo-hecho. El verbo “echar” se escribe sin “h”. Por lo tanto, las siguientes oraciones son incorrectas: “Me hechó de su casa”. “Te hecho la culpa a ti”. Lo correcto sería “Me echó de su casa”. “Te echo la culpa a ti”. La palabra “hecho” se escribe con “h” cuando viene del verbo “hacer”. Por ejemplo: “¿De qué material está hecho?”, “Es un hecho insólito”.
Sin acento. “Fue”, “fe”, “dio”, “vio” no llevan acento. Como regla general, las palabras de una sola sílaba no llevan tilde. Sin embargo, algunas palabras de una sílaba escapan a esta regla y sí llevan tilde. Cuando existen dos palabras iguales con distinto significado, una de ellas llevará acento escrito (tilde). Ej: si/sí, de/dé, mas/más, etc.
Otra epidemia. Poner palabras en mayúscula indiscriminadamente. El exceso de las mayúsculas es una epidemia incontrolable. Se ve en los nombres de las estaciones del año, los meses o los días (“Llegó el Otoño”, “Me voy en Enero”, “Vengo el Lunes”), en cargos (“Es el Director de la empresa”), en gentilicios (“El récord de velocidad es de un Argentino”).
Las mayúsculas llevan acento. Las mayúsculas no se solían acentuar por problemas de las máquinas de escribir y las impresiones con linotipos, que no permitían agregarlos por cuestiones de tamaño. Ya no hay excusa.