La forma de reírse indica una señal de estatus, según estudios lingüísticos
Haría parte del habitus social, un concepto propuesto por el sociólogo Pierre Bourdieu.
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Reír es uno de los mayores placeres de la vida, pues no hay nada mejor que sentirse feliz hasta el punto de soltar una carcajada. Según la Clínica Mayo, este acto también podría ser beneficioso para la salud al reducir el estrés y mejorar la autoestima.
Otro detalle fascinante de la risa es que nadie lo hace igual. Cada individuo se ríe de manera distinta. Es un fenómeno con una infinidad de variedades y formas.
De este modo, los estudios lingüísticos han revelado que las personas adineradas suelen reír diferente y compartir características similares. En un reciente vídeo, la creadora de contenido Lu Beccassino explicó cómo este gesto podría ser una señal de estatus.
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“Los ricos tienen una forma de reírse diferente. Esto actúa como una señal de pertenencia a una clase social y hace parte de lo que sería el habitus de la clase alta, en términos del sociólogo Pierre Bourdieu”, mencionó.
La joven hizo referencia a una investigación, publicada en el diario científico Frontiers in Psychology, la cual explica que la risa se desarrolla de la mano de las relaciones sociales: “Tú te ríes más cuanto estás en la compañía de otras personas”.
Beccassino también indicó que la risa suele cumplir tres funciones clave: recompensar una conducta, establecer y mantener vínculos sociales y negociar estatus.
“La risa es una forma de señalizar dominancia. Particularmente, una risa estridente y de alto volumen es una señal de poder y es más común que las personas de clase alta tengan este tipo de risa“, profundizó al respecto.
¿Qué hace parte del habitus social?
De acuerdo con el sociólogo Pierre Bourdieu, el habitus social de una persona es el conjunto de disposiciones internalizadas que influyen en sus gustos, modales, formas de pensar y actuar de manera inconsciente.
Estas disposiciones se desarrollan a partir de su origen social, educación, entorno cultural y experiencias de vida, funcionando como un repertorio de prácticas y habilidades que orientan su comportamiento en distintos contextos.
Se manifiesta en aspectos como la postura, el lenguaje, las preferencias de ocio y la percepción del mundo, y se adquiere principalmente a través de la socialización en lugar de una enseñanza formal de normas explícitas. De este modo, la risa también haría parte del habitus social.