Una reina con todo y carroza
Chelsy, una graciosa perrita adoptada, ha participado en numerosos eventos caninos, pero ella lo hace con una misión
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 10 años.
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Ponce. De primera instancia, quienes la ven solo se fijan en lo graciosa que luce, sentada en su propia carroza, con todo y su corona de reina. Pero, si le preguntan a Sonia Noemí Rivera, la guardiana de Chelsy, ella prontamente les informa que la perrita desfila en cuanta parada, carnaval o fiesta patronal haya, pero lo hace por una razón muy seria: para concienciar a adultos y niños en contra del maltrato a los animales.
Chelsy llegó a la vida de Sonia Noemí hace cinco años y medio como un regalo; ¡el mejor de su vida! La perrita, que solo pesa siete libras, la acompaña adondequiera que ella y su esposo, Ismael Ponce de León, van –incluyendo Boston y Nueva York–, invariablemente ataviada con uno de sus muchos atuendos (Luz Rafucci es su diseñadora y costurera “personal”).
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Pero, aunque los disfraces de Chelsy deleitan a quienes la conocen, Sonia Noemí recalca que ella los usa como un simpático vehículo para atraer a las personas y, como quien no quiere la cosa, hablarles sobre la importancia de prevenir y denunciar el maltrato a los animales.
De hecho, el color signature de Chelsy es el violeta, precisamente porque es el color internacional de la concienciación sobre el maltrato.
En su propia carroza
A media que fueron aumentando las invitaciones para que Chelsy hiciera “presentaciones personales”, Sonia Noemí fue evaluando las mejores maneras de que su perrita desfilara. Entonces, se le ocurrió: “¡Vamos a hacerle una carroza!”. Y si embelequera fue ella, más embelequero fue el ebanista Héctor Luis Fernández, también de Ponce, quien no dudó en construirle a la perrita un trono rodante para que pudiera desplazarse con toda comodidad cada vez que desfilara.
Todos se maravillan de lo a gusto que Chelsy va en su carroza. “Ella es feliz; lo que hace es que cuando paramos, se recuesta y cuando siente que vamos a desfilar otra vez, ella solita se para derechita con su tiara”, comentó orgullosa Sonia Noemí. “Ella siempre está tranquila; sabe dónde está y cuál es su papel. La gente me pregunta si le doy algo para que esté tranquila, pero para nada. Chelsy está muy bien educada y acostumbrada porque su primer disfraz se lo puse cuando solo tenía cuatro meses”, añadió.
Su majestad
Recientemente, Chelsy –que se ha presentado en Arroyo, Dorado y Coamo, entre otros pueblos– fue coronada reina del Carnaval Canino de la Playa de Ponce. Pero, con corona o sin ella, Sonia Noemí seguirá desfilando con ella, mientras la perrita quiera, en contra del maltrato animal.