Tener un animal, como un felino o un canino, podría considerarse un aliado contra el aislamiento, fomentar que su propietario realice más actividad física al aire libre, e incluso ser una solución para la ansiedad y el desánimo.

Pero, de acuerdo con una investigación reciente realizada por expertos de la Universidad de Aarhus y el King’s College de Londres, se plantea que las ventajas de convivir con una mascota podrían estar sobrevaloradas.

El trabajo, que fue publicado hace poco en la revista “Mental Health & Prevention” y llevado a cabo con más de 6,000 participantes en el Reino Unido durante un año, midió los índices de depresión, ansiedad, anhedonia (incapacidad para disfrutar) y sensación de soledad entre los encuestados, concluyendo que no se observó ningún impacto positivo en la salud mental.

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De hecho, las personas que poseen animales presentaron indicadores de bienestar mental ligeramente más bajos en comparación con quienes no los tienen.

“Aunque los estudios previos sobre este tema han mostrado resultados variados, nos sorprendió mucho descubrir que los propietarios de mascotas, en general, experimentaban niveles un poco más altos de depresión, ansiedad y falta de disfrute, especialmente durante la pandemia de COVID-19″, comentó la profesora Christine Parsons, investigadora principal del estudio, perteneciente al Departamento de Medicina Clínica.

Otra suposición que fue refutada por los científicos es que aquellos que tienen perros, en particular, obtienen beneficios de realizar más ejercicio al aire libre y de tener una rutina diaria más organizada, lo que podría mejorar su salud mental.

Según los datos recolectados, los propietarios de canes tienen una mayor probabilidad de ejercitarse diariamente, 40% en comparación con el 35% de las personas sin mascotas.

No obstante, este incremento en la actividad física no mostró una relación con mejoras en el bienestar mental y tampoco se hallaron diferencias destacables entre quienes poseen perros y quienes no, en términos de mantener una rutina diaria estructurada.

Reducción de la sensación de aislamiento

De acuerdo con los especialistas, la única esfera en la que se observa un impacto positivo en el bienestar emocional está relacionada con el aislamiento. Entre quienes residen solos, tanto los propietarios de perros como los de gatos reportaron niveles ligeramente inferiores de soledad en comparación con aquellos que no tienen animales de compañía.

Las personas que viven en pareja, con familiares o compañeros de vivienda no mostraron diferencias significativas en cuanto a la sensación de aislamiento.

“Nuestras investigaciones indican que, aunque las mascotas pueden ofrecer compañía, no representan en absoluto una solución a los problemas de salud mental, especialmente en momentos de alta presión como una pandemia”, señaló Parsons.