Imagina que, cuando tú estabas aprendiendo a ir al baño, tus padres hubieran recurrido a gritarte, pegarte o, peor aún, a restregar tu carita en donde orinaste o evacuaste. ¿Verdad que te hubieras traumatizado? 

Entonces, ¿por qué piensas que tu mascota va a soportar que la trates de ese modo? Aunque seas de los que creen que los animales carecen de entendimiento, no dejarás de reconocer que el miedo es el miedo... y lo sienten todos los seres vivos, desde gallinas hasta vacas, pasando por conejos.

Eso dicho, los procesos de eliminación son parte esencial del funcionamiento del organismo, incluyendo el nuestro. Lo que pasa es que nadie –ni siquiera nosotros– viene al mundo de los humanos con instrucciones precisas al respecto. Porque, aunque en estado salvaje todos los animales saben dónde orinar y defecar, la Naturaleza no los ha dotado con la misma sabiduría en los espacios de los humanos.

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Por eso, es tan importante que reconozcas que, aunque viven con nosotros, todo lo que es humano les es ajeno. Más aún, su naturaleza los impulsa a marcar territorio con las hormonas que liberan al defecar y orinar. Y, encima de eso, nosotros los obligamos a que lo hagan SOLO donde nosotros queremos y cuando nosotros queremos.

Por favor, recuerda todo esto a la hora de entrenar a tu perrito o gatito. Está probado que los animales entienden mejor y retienen mejor la información cuando se les premia en lugar de castigarlos. No les grites ni le s pegues, no los maltrates. Edúcate tú primero antes de educarlos a ellos. Y si tienes dudas, consulta con un  veterinario.