Es cierto, hay razas de perros que traen inscrito en su ADN el gusto por el agua. Son esos que ven una laguna, un río o una piscina y se botan felices. Es el caso del labrador, el golden retriever, el setter irlandés o los criollos, por ejemplo.

"Son perros cobradores, es decir acostumbrados a la caza, a recuperar la presa o los objetos y van a buscarlos al agua si toca. Además, tienen cola larga y eso les facilita nadar", comenta Diana Fuentes, veterinaria del Hotel canino Doggye House.

Sin embargo, aquellos que no tienen ese sello en su genética también pueden disfrutar de una piscina.

"El pinscher, el pug y el bulldog, entre otros, que se consideran temerosos al agua logran adaptarse fácilmente a esta, sobre todo si el entrenador o los propietarios hacen actividades divertidas para ellos. De la misma forma, si las primeras experiencias de los labradores y los golden retriever, que se consideran expertos en el agua, son traumáticas, seguro no querrán volver a estar en las zonas húmedas", comenta Ernesto Porras, director de Petrópolis Club.

Que les guste el agua es una ventaja, porque el ejercicio en la piscina beneficia de muchas maneras a todos los perros. Para la muestra, algunos casos.

- Nadar les ayuda a mejorar la condición cardiovascular y su condición física en general.

- En razas de gran talla, como el mastín napolitano o el bull terrier, les sirve para aumentar masa muscular en el pecho y las piernas.

- Para aquellos perros chatos, como el bulldog inglés y francés, el pug, el pequinés o el boston, que tienen problemas respiratorios, la natación les ayuda a desarrollar el pecho y a mejorar la frecuencia cardiaca. "Esto hace que tengan menos problemas respiratorios", agrega Fuentes. Y aclara, deben entrar al agua por periodos cortos y con chaleco salvavidas, para soportar mejor su propio peso.

- Para aquellos perros con sobrepeso o con hipotiroidismo, que no pueden correr o saltar mucho, pues sus extremidades pueden sufrir daños, la natación es un buen ejercicio para quemar la grasa acumulada.

- El agua también ayuda al canino a calmar dolores causados por problemas musculares u óseos. En estos casos se hacen actividades con masajes, chorros y pesos que debe cargar en el agua.

- Asimismo, la piscina es una buena terapia para la recuperación de aquellas mascotas que hayan tenido una cirugía de cadera o rodilla.

- Y finalmente, para los perros tímidos, interactuar en el agua con otros animales les ayuda a socializar más.