Esa es la que hay: soy boricua, pa’ que quede claro. Después de eso, mi mayor orgullo es ser el gatihijo de Altín Navarro. Ella me encontró dentro del Toyota Yaris de su hermana Virginia y así me llamó: ¡Yaris! De esto hace dos años y seguimos juntos y tan felices aquí, en Río Piedras, como el primer día. Altín no me suelta ni en las cuestas. Me lleva a Vieques cada dos semanas y no me mareo en la lancha. Ella me ha enseñado muchas cosas, entre ellas, a caminar con collar y correa de pasear... ¡como un perrito!