Orgullosos de llamarse “el pueblo de los come sopas”
Lo que comenzó como la reinvención de un negocio, se transformó en una tradición culinaria en la Tiendita La Seyba, en Ceiba.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 3 años.
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CEIBA. El pueblo de Ceiba tiene una histórica conexión a las sopas, al punto que hoy día se identifican con el sobrenombre de “el pueblo de los come sopas”. Así que no es de extrañar que, en lugares con tradición de cocinar ese plato en diferentes variantes, como la cafetería Tiendita La Seyba, se agote bien rápido, desde horas tempranas de la mañana.
“Esto es un negocio familiar. Comenzamos con una tiendita de pollos, hace 26 años, aquí en el mismo local. Luego evolucionamos, hacíamos catering. Hemos estado arriba, abajo, en todas las facetas de lo que lleva un negocio”, explicó Mildred Vera, sobre los orígenes del negocio localizado en la urbanización Villa del Pilar, en el sector Polo Norte de Ceiba.
“Hace unos ocho años, los sábados se había puesto lento, y como Ceiba se llama el pueblo de los come sopas, mucha gente decía, ¿por qué no vendes sopa? Y nos tomamos la iniciativa de participar en el festival de la sopa. Tuvimos un quiosco y vimos que se vendía muy bien. Así que trajimos el concepto y empezamos a vender sopa. Originalmente empezamos con cinco sopas, y hoy día vendemos de 10 a 12 clases de sopas”, agregó Vera.
Y así nació una tradición culinaria que mantiene a La Seyba con un tráfico constante de público los sábados en la mañana, “desde las 6:00 a 6:30 de la mañana, hasta que dure”. La oferta de reconocidas sopas incluye, “el caldo de pollo que llaman ‘el revive’, sancocho de patitas, sancocho de res, sancocho de rabo de res que es bien poderoso, fideo y pollo, fideo y jamón, asopao de pollo, asopao de gandules, asopao de camarones, siete potencias de marisco, fideo y res, gandules y res, y en Semana Santa hacemos el caldo de pesca’o con coco, el caldo santo... hacemos una variedad”.
Las estrellas, sin embargo, reconoce Vera, son el caldo de pollo, el sancocho de carne de res, y “cuando hacemos el de rabo, ese es principal”.
“A la gente le gusta que haya tanta variedad, y han hecho un hábito venir los sábados. Aquí tú ves la misma gente. Pero siempre viene gente nueva”, afirmó Vera.
El secreto de La Seyba agregó está en la mezcla de ingredientes que son “en todo lo posible del país”, cultivados por agricultores locales. “El sofrito es de aquí, las carnes son del país, tratamos de utilizar las viandas todo lo que es posible del país. Es como una cooperativa, para ayudarnos todos”.
Entre los compradores de sus reconocidos platos se incluye el alcalde de Ceiba, Samuel Rivera Báez, quien no solo es un entusiasta come sopas, sino que asegura que también es buen cocinero de sopas, y estará retando a Vera y su familia, y a otros comerciantes, en el próximo Festival de la Sopa, a celebrarse hoy como parte de la variedad de eventos que llevará a cabo Somos Puerto Rico en la plaza pública del pueblo, de 9:00 a.m. a 1:00 p.m.
“Me encantaría competir con la (sopa) de res. El alcalde dice que él hace la mejor sopa de jamón y salchichón, pues vamos a ver si es verdad, vamos a ver si sabe cocinar”, comentó Vera, entre risas.
Curiosamente, si bien ahora Ceiba es “el pueblo de los come sopas”, hace varias décadas era en realidad todo lo contrario. Según relata el maestro de historia retirado Héctor Ythier, que lleva más de 70 años viviendo allí, hace tiempo era “el pueblo sin sopa”. La razón para eso, según la tradición oral ya que no hay una versión oficial, responde a que, para entonces, en la carnicería de Ceiba solo se sacrificaba una res por semana, usualmente los domingos, y se vendía todo lo antes posible porque no había manera de conservarlo, así que poco después no había ni hueso ni carne para hacer sopa.
Con el tiempo, sin embargo, la gente del pueblo decidió darle la vuelta a esa situación negativa de un pueblo con carencias, y convertir a Ceiba en “el pueblo de los come sopas”, con todo y un festival que celebra ese plato.