Pregunta: Tengo un Old English Bulldog de cuatro años y pasa gran parte del día en el patio.
Disfruta cazar sapos y hasta que no los mata, no está tranquilo. Tengo entendido que esto es peligroso. ¿Cómo puedo quitarle esa costumbre y qué hago en una emergencia?

Respuesta: Los perros pueden envenenarse cuando se exponen a los sapos.
La severidad del envenenamiento dependerá de la extensión del contacto entre la mucosa oral del perro y el tipo de sapo. Estos anfibios secretan una sustancia por ciertas glándulas a través de la piel como mecanismo de defensa cuando otros animales lo asechan. Se caracteriza por ser espesa, cremosa, de color blanco y no tener buen sabor. En ocasiones puede ser solamente irritante, pero también altamente venenosa. La sustancia secretada por el sapo concho (Bufo marinus) es una de las más venenosas.
La sustancia secretada por la piel del sapo es absorbida rápidamente y causa irritación cuando entra en contacto con el interior de la boca del perro. La irritación se manifiesta con salivación excesiva, sacudidas de la cabeza y vocalización. También, es probable que el perro se toque el hocico con las patas como si se rascara. Las membranas de la boca se tornarán rojas y hasta puede haber vomito, aunque no es muy común.
Recuerde que si su perro estuvo en contacto con un sapo concho, el encuentro puede ser fatal. La intoxicación se manifiesta con convulsiones, colapso y muerte.

 

Si su perro coge un sapo:

Lave la boca del perro con mucha agua. Esto diluirá la toxina y la absorción del veneno.
Lleve su perro al veterinario inmediatamente, especialmente si el contacto fue con un sapo concho. Aunque no hay un antídoto para este veneno, el veterinario puede establecer el tratamiento adecuado; recuerde que será efectivo si se inicia a tiempo.
Evite que su perro esté en contacto con sapos. Usualmente, estos anfibios salen cuando la temperatura ambiental es baja, como cuando llueve.

Otras precauciones:

No deje su perro desatendido en el patio en días fríos o lluviosos si sabe que hay sapos.
En días lluviosos o muy secos, proteja los platos de comida y agua.

 

La Dra. Elizabeth Rivera, DVM, es veterinaria y catedrática, y directora del Programa de Tecnología Veterinaria de la Escuela de Profesiones de la Salud del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico.