Es normal que los bebés duerman en el cuarto de sus padres, ya sea por facilidad para atenderlos de noche o para generar un vínculo especial con ellos. A esos motivos hay que sumarle uno más gracias a un reporte de la American Academy of Pediatrics.

La entidad recomienda que los niños hasta el primer año de vida pasen la noche en el cuarto de sus padres para evitar el Síndrome de Muerte Súbita del Lactante. “Un bebé que está cerca de su madre puede tener más comodidad o la estimulación que implica estar en un ambiente con otra persona”, dice la doctora Lori Feldman-Winter, coautora del reporte.

Un punto que también destaca el estudio es que, si bien deben dormir en el mismo cuarto, los bebés tienen que pasar la noche en una superficie diferente. Es decir, los niños necesitan dormir en su cuna y no en la cama de los padres, lo cual puede representar un peligro por la cantidad de almohadas, edredones y otros elementos.

En el reporte también se recomienda que la cuna del bebé tenga una superficie firme, evitando colchones muy suaves, almohadas de más y peluches que puedan afectar su respiración.

Finalmente, se destaca la importancia de dar de lactar pues eso reduce en un 70% el riesgo de muerte súbita del bebé. Y el mejor lugar para hacerlo es la cama, pues el pequeño no corre el riesgo de caer como podría ocurrir en una silla si la madre se queda dormida.