Las mascotas también celebran
Cómo proteger a nuestros consentidos en medio de tanto ruido, fiestas y comida.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 8 años.
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“Todos los años vienen con la misma cosa”. Si nuestras mascotas pudieran hablar, seguramente dirían esto sobre todas las actividades, fiestas, reuniones y embelecos de último momento que los humanos nos inventamos para celebrar la Navidad.
Para evitar problemas con nuestras mascotas, a continuación presentamos algunas medidas preventivas para asegurarnos de que nuestros animalitos estén tranquilos, felices, saludables y seguros durante las fiestas.
Lo ideal es mantener a las mascotas distraídas del ajetreo con juguetes y golosina. Lo mejor es que estén en una habitación tranquila mientras estés en los preparativos o durante la fiesta.
A los más nerviosos, llévalos al veterinario para que los puedas medicar durante los episodios de fuegos artificiales, petardos y otros ruidos fuertes que pueden hacer que salgan corriendo.
Si planificas vestirlas, no esperes a último momento para obligarlas a lucir sus mejores galas; practica con tiempo para que la mascota se acostumbre a emperifollarse. Escoge ropita y accesorios que sean cómodos y que no representen un peligro.
Para que no se empachen
No permitas que nadie les dé otro tipo de comida fuera de la que están acostumbrados. La comida no tiene que estar dañada para caerles mal a los animales; el mero hecho de que se les den cosas que no suelen comer es razón suficiente para descomposiciones estomacales.
Recuerda que el chocolate, las uvas, la cebolla y todas las bebidas alcohólicas son sumamente tóxicas para las mascotas.
Todos los restos de comida -sobre todo, huesos de cualquier tipo o cuerito de lechón- deben desecharse en zafacones con tapa que las mascotas no puedan abrir.
Si les vas a dar algo de picar, asegúrate de que no sea algo con grasa o muy condimentado.
Ojo con los adornos
Cuida que las mascotas no tengan acceso a los árboles de Navidad y otras plantas decorativas para que no sientan la tentación de morderlas. Tampoco decores tu árbol con artículos comestibles (como popcorn o bastoncitos de menta). Y si los ves muy pendientes de las luces de colores, corrígelos para que no se les acerquen.