La separación no solo es una etapa dura para los miembros de la pareja, sino también para sus hijos.

“Las necesidades que caracterizan a la infancia y a la adolescencia son la estabilidad, la seguridad y el amor, por lo que hay que prestarles especial atención en este proceso, que para ellos suele estar rodeado de incertidumbre y miedos”, subraya Amalia Ortega García, sicóloga, logopeda y pedagoga.

“Después de la separación será más necesario que nunca que los progenitores alcancen acuerdos de forma equilibrada y justa en beneficio del menor. El diálogo entre ambos es imprescindible. Deben ser conscientes de que la decisión de compartir la vida, la de ser padres y la de finalizar la relación son responsabilidad de los adultos”, añade la especialista.

1) ¿Qué les pasa a los hijos en la separación de sus padres?

La experta afirma que para los niños sus padres son las personas más importantes del mundo. “Cuando esa familia con la que comparten un vínculo de protección y amor se separa, se les rompe su mundo tal y como ellos lo conocen. Pueden sentirse enfadados, tristes, inseguros o asustados por todos los cambios que se producen. Los niños necesitan la garantía de que ninguno de sus padres los abandonará. Se puede romper la relación de pareja, pero no la de padres-hijos”, destaca.

Ortega asegura que cuando se les comunica a los hijos la separación es importante dejarles muy claro que su madre los quiere y seguirá siendo siempre su madre y que la relación afectiva con su padre será de la misma manera.

2) ¿Cómo hablar sobre la nueva pareja?

Si se transmite a los hijos que esa nueva pareja es un novio o novia, y en ningún caso se le permite adoptar el rol de padre o madre, será más fácil que puedan relacionarse con esta persona desde otra perspectiva, más lúdica y de convivencia.

“El niño debe tener muy claro que la persona que su padre le acaba de presentar no es una nueva madre, es su pareja. Por ello, esta persona no deberá asumir la responsabilidad ni la autoridad en su educación. Los roles deben estar muy bien definidos”, advierte la psicóloga.

3) ¿Cómo encarar la presentación?

El momento de hacer las presentaciones entre los hijos y la persona escogida como compañera sentimental suele ser motivo de gran preocupación.

Una de las recomendaciones de la especialista es hablar a los hijos de esa persona antes de presentásela para que se vayan familiarizando con ella.

De hecho, Ortega comenta que la mejor manera de presentar a los niños al nuevo novio o novia depende de la edad del menor. Si tiene menos de 12 años, aconseja hablarle de esa persona (sin que esté presente) y, llegado el momento, presentarla como amiga y elegir para la ocasión una actividad novedosa y lúdica. En cambio, cuando se trata de un adolescente, la especialista recomienda que la presentación sea “de forma directa, expresándole expectativas positivas sobre experiencias y actividades que podrán compartir”.

4) ¿Qué hacer si los hijos rechazan a la nueva pareja?

En caso de rechazo, Ortega afirma que hay que mantener el diálogo y una actitud abierta a que puedan compartir nuevas experiencias, sin forzar al menor. La especialista manifiesta que es necesario tener paciencia ya que los cambios requieren un tiempo de adaptación.

Es posible que al principio, el niño pueda ver a esa persona como alguien que le roba la atención de su padre o de su madre y que surjan los celos.

“En ocasiones sucede que el progenitor que inicia una nueva relación tiene menos tiempo y puede llegar a incumplir las visitas prometidas y los horarios de recogida del menor. Entonces es comprensible que el niño se sienta triste y desplazado, y que llegue a interpretar que la nueva pareja es más importante que él, porque su padre o su madre ya no tiene tiempo para dedicárselo”, dice.

5) ¿Cómo manejar la integración de los hijos de ambos?

En el caso de que la nueva pareja también tenga hijos, tanto el estrés del menor como el esfuerzo que tendrá que hacer para adaptarse a la situación será mayor.

“Se recomienda que en los primeros encuentros se realicen actividades divertidas y novedosas, con la finalidad de relacionar a todas las personas en un ambiente distendido y agradable. Cuando comiencen a experimentar que la atención es igual para todos y que todos tienen su espacio, las relaciones se darán de forma natural y basadas en el respeto y el cariño”, señala Ortega.

“Los estudios demuestran que los recuerdos más significativos de los niños giran en torno a las vivencias cotidianas y no a fiestas de cumpleaños, juguetes o vacaciones de alto coste económico. El mejor regalo siempre será estar, ayudar y jugar con ellos”, concluye la psicóloga.