Criaste un 'mama’s boy'
Muchos padres adoptan la filosofía de que sus hijos son merecedores de todo y esto puede tener consecuencias adversas.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 7 años.
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¿Eres de las madres que piensa que tus hijos merecen todas las oportunidades que no tuviste?
Darles y proveerles todo se ha vuelto una prioridad desde el nacimiento. Te alarma escucharlos llorar y hasta experimentas un sentimiento de culpabilidad al no poder complacerlos con sus caprichos.
Si eres de estas madres, debes tener cuidado con esta filosofía de vida: Asumirla podría tener consecuencias graves en el desarrollo de tus hijos.
Los menores necesitan sentirse protegidos por los padres, sin embargo, la protección en exceso, en vez de ser beneficiosa, pudiera impedir el desarrollo funcional en la adultez.
Marta Rivera (nombre ficticio para proteger su identidad) es una madre que está “pasando el Niágara en bicicleta” con su hijo de 23 años, que es un niño mimado que cree merecedor de todo.
El joven, que reside bajo el mismo techo que su madre -que además lo crío sola-, culminó sus estudios en publicidad y no consigue empleo. Es Marta quien hace las gestiones de buscar trabajo por él, mientras el chico se pasa de jangueo con su panas en bebelatas y viviendo una vida de lujo.
Hace más de 12 años que Marta tiene dos trabajos para poder sufragar todos los gastos del hogar y los “gustitos” de su hijo.
“Él es mi único hijo y lo crié sola desde los tres años. Le di todo lo que no tuve. Estuvo en el mejor colegio, en deportes, en arte... en todo lo que él quería. Recuerdo que me tuve que buscar un segundo trabajo part time desde que entró a segundo grado y hasta llegué a vender bizcochos para que él tuviera los videojuegos y los tenis de moda. Me da mucha pena que ahora no consigue trabajo y estoy enviando resumé a todas partes. Incluso lo he acompañado a las entrevistas de trabajo y le he dicho que quiero entrar con él. La verdad es que ahora que lo veo siento que no está preparado para la vida porque siempre soy yo la que le resuelvo todo”, narró la madre que entre sus lamentos reconoce que no sabe cómo ayudar a su hijo a ser independiente.
“Quiero ayudarlo a que no sea tan dependiente, pero es mi hijo y no lo puedo tirar a la calle. Tampoco puedo dejar de darle dinero porque él necesita estar con sus amistades, que todos trabajan, y él se siente poquita cosa al lado de ellos. Pero me preocupa que está bebiendo mucho y cada vez me exige más dinero”, sostuvo la madre, que aseguró ya no puede tomar un dólar prestado porque tiene las tarjetas de crédito al tope.
Entre los sacrificios que hizo para complacer a su hijo fue pagarle un viaje con sus amigos de la escuela a Europa. Hoy, seis años después, todavía paga el préstamo.
El peligro
La psicóloga clínica Tainari Dávila es testigo en sus consultas de cómo la sobreprotección de lospadres que proveen y complacen a los hijos en todo resulta perjudicial en el desarrollo saludable de estos.
Dávila señaló varias consecuencias, como lo es la falta de independencia a la que todo ser humano debe aspirar, la ausencia de destrezas sociales y la falta de responsabilidad.
“Lo primero que hay que cambiar es el pensamiento del padre que quiere darle todo lo que no tuvo a los hijos. Ojo con eso, porque dar lo material no es todo; no se puede sustituir la disciplina, estructura, independencia, amor y tiempo”, subrayó la profesional.
En esa misma línea destacó que un niño mimado y malcriado puede enfrentar problemas de autoestima baja, no saber tomar decisiones, le afectará el manejo de sus emociones como la tristeza, coraje, alegría y ansiedad.
Dávila afirmó que cuando mamá o papá corren en auxilio del menor y no dejan que el niño cometa errores, no permiten que sienta miedo, tristeza y otros sentimientos; están criando a una ser humano incapaz de resolver las cosas por sí mismo.
“Veo a madres que intervienen todo el tiempo, como si estuvieran al servicio del menor. Hay que entender que los hijos tienen que vivir su propia vida. Los padres tienen que saber que el hecho de que el hijo cometa errores no significa que es un niñ infeliz”, recalcó.
Entre los aspectos que recomienda, sugiere que el menor debe hacer tareas en el hogar de acuerdo a la edad. Esas tareas las deben realizar todos lo miembros de la casa y no deben recibir remuneración económica.
En cuánto al joven adulto que no trabaja y vive en la casa de su padres, dijo Dávila que éste debe tener un rol participativo en el hogar, porque es parte de su responsabilidad con la familia.
Igual enfatizó en que los padres deben dejar al niño llorar y una vez pase, explicarle lo sucedido.
En fin, es importante reconocer que él necesita experimentar, saborear sus éxitos, buscar mejorar y alcanzar metas difíciles, competir y superar sus fracasos, porque son las situaciones que lo preparan para enfrentar saluda y productivamente su vida adulta.
Saca estas frases de tu vida
-“Voy a darle todo lo que no tuve”
-“Mis hijos se merecen todo”
-“Ellos no tienen que pasar por lo que yo pasé”
-“Mis hijos no tienen que pasar necesidades”
Cómo ayudarlos
-Permite que cometan errores y aprenda de ellos.
-Induce a que tengan confianza en sí mismo; esa es la clave para enfrentar sus propias batallas.
-Le toca a cada menor enfrentar miedos, fracasos y alegrías.
-Cada niño o niña debe tener tareas asignadas en el hogar sin recibir paga por ello, y deben ser de acuerdo a su edad.
-Todos en casa son parte del hogar, así que deben cumplir sus responsabilidades sin importar cuán pequeños o grandes sean.
-Se debe promocionar la socialización con otros niños de diferentes edades.
-Protege a tus hijos de los peligros verdaderos, no de situaciones cotidianas.
-No aspires a ser una madre perfecta, no existen.
-No permitas que el menor esté inmerso muchas horas en la tecnología.
-Los padres deben entender que cometer errores no significa que el niño es infeliz.
-Sé un guía, pero no le resuelvas la vida al joven adulto que vive en tu hogar.
-Propicia que tus hijos busquen trabajo, y no fomentes el mantengo.