El fallecimiento de su hija tras enfrentar un diagnóstico de leucemia marcó un antes y un después en la vida de Yolanda Montalvo, y un nuevo amanecer. De ese nuevo amanecer surgió la Fundación Alborada, una entidad sin fines de lucro dedicada a asistir a personas en necesidad que enfrentan un diagnóstico terminal.

Montalvo aún recuerda con tristeza aquel 20 de diciembre de 2012, cuando la luz de su hija, Yearim Irizarry Montalvo, de 23 años, se apagó a menos de 5 días de su diagnóstico. La joven, quien estudiaba medicina en México, fue conducida repentinamente a una sala de emergencias en ese país, donde se determinó que padecía leucemia aguda.

“Nosotros la trasladamos a Houston (Texas). El segundo día cayó en coma y falleció en cinco días”, narró Montalvo, quien recordó que el 24 de diciembre de ese mismo año se despidió de los restos mortales de su hija.

La fundacion nació tras la pérdida física Yearim Irizarry Montalvo.
La fundacion nació tras la pérdida física Yearim Irizarry Montalvo. (Jorge A Ramirez Portela)

No obstante, Montalvo explicó que a su hija le gustaba ayudar a los demás, algo que tuvo la oportunidad de hacer como misionera.

“Y debido a eso, entonces surge la Fundación Alborada, que es con el propósito de ayudar a pacientes con condiciones terminales y sus familiares”, subrayó.

Pasaron cerca de cuatro meses después del trágico deceso para que una amiga de Yearim llegara hasta donde Montalvo con el proyecto de Alborada.

“Mi hija tenía una amiga que era su mano derecha. Siempre, todo el tiempo estaba con ella”, dijo. Precisamente, el 6 de marzo de 2013, fecha del cumpleaños de su hija, esa amiga, Gabriela González, registró en el Departamento de Estado la Fundación Alborada.

“A los tres días -de haber incorporado la fundación- me llama y me dice que quiere venir a mi casa para hablar conmigo. Cuando vino me dijo: ‘Yo hice esto y esto es para que tú puedas ayudar porque esto era lo que a Yearim le gustaba’ “, recordó.

Desde ese momento, Montalvo y su fundación no han parado de organizar actividades y recaudar fondos para ayudar a todo el que lo necesite. La líder comunitaria de 62 años reconoció que con la desaparición de mucha actividad en los cascos urbanos tradicionales y la radio local, herramientas que en antaño se utilizaban para la recolección de fondos a través de la celebración de radiomaratones, han tenido que recurrir a la creatividad, pero han logrado salir adelante.

La organización realiza bingos, pasadías, ‘zumbatones’, corridas de jeeps y múltiples eventos para allegar los fondos necesarios para cumplir con su agenda, que actualmente va más allá de los pacientes terminales. Por ejemplo, después del terremoto del 11 de enero del 2020, Alborada se activó y sus miembros salieron a la calle para llevarle ayuda a familias afectadas en los municipios impactados por ese fenómeno. Otra iniciativa que implementó la fundación fue la creación de una boutique con trajes de segunda mano para estudiantes que carecen de los recursos económicos para poder costear el ajuar de sus bailes de su graduación.

Por solo $5, una joven graduanda podía acudir a las instalaciones de la Fundación Alborada en el mismo casco urbano de Las Marías y adquirir un traje para su ‘prom’. Sin embargo, en un momento determinado llegaron a tener tantos trajes, que optaron por donarlos al Salvation Army. Aun así, Montalvo recordó que en una ocasión, una joven graduanda llegó hasta ellos con la intención de comprar un traje para su baile formal y la organización decidió hacerle el donativo.

“Nosotros le dimos $200 a esa nena. Yo le dije: ‘lo único que te pido es que me traigas las evidencias de lo que compraste, porque nosotros estamos haciendo una excepción de lo que nosotros servimos’. A la semana y media esa niña llegó emocionada. Se había comprado traje, zapatos y le habían sobrado $25 para su peinado. ¿Qué más bonito que eso?”, sostuvo.

Montalvo también mencionó el caso reciente de un niño quien, con tan solo 7 años de edad, se enfrenta al terrible diagnóstico de un tumor canceroso en la cabeza. La organización ha estado mano a mano con el niño y su familia, a la que han asistido con ropa, alimentos, medicamentos y juguetes para el menor. Para ella es indescriptible el sentimiento que le produce el rostro de felicidad de ese niño al verlo jugar con esos juguetes, a pesar de la difícil situación que vive.

Son precisamente esas satisfacciones las que mantienen a Montalvo y a la Fundación Alborada en pie de lucha, organizando eventos, celebrando sangrías y llevando ayuda a quien lo necesite. Desde familias que atraviesan la triste realidad de que uno de sus integrantes ha recibido un diagnóstico terminal, hasta hogares de ancianos a los que les suplen artículos de primera necesidad e higiene personal.

Para contribuir con la encomienda de esta organización, puede llamar al 787-517-8382 o escribir a fundacionalboradapr@gmail.com.