Rosaura Díaz llega cansada a su casa a eso de las 6:00 p.m. Una de sus jornadas laborales terminó, pero la otra apenas está por comenzar. Tiene que cocinar, repasar las asignaciones de su hijo Noel de siete años, preparar meriendas, bultos y demás materiales para el siguiente día, así que entre una cosa y otra empieza a decirle al niño que se meta a bañar.

Pasan 10 minutos y el pequeño sigue sin ejecutar la orden, entretenido viendo muñequitos. Rosaura repite, “Noel, por favor vete a bañar”. La respuesta del niño es la misma. Este escenario se repite unas tres veces más, cada una de ellas en un nivel más alto de exigencia. La inercia de Noel lleva a su madre a gritarle y amenazarlo si no actúa en el instante. En ocasiones un chancletazo se añade al escenario.

Relacionadas

Desafortunadamente, esa escena es muy frecuente en los hogares. No importa si tiene dos o 18 años hay niños que no responden a las directrices que le dan sus padres.

Sin embargo, el psicólogo Héctor Coca subraya primordialmente que esta es una de las situaciones que traen consigo los retos de la crianza.

“Criar es un estrés. La gente se cree que los niños tienen que caer derechos y obedecer y uno como ser humano viene vació, lo que viene es la computadora sola. Las emociones nacen con nosotros, no se aprenden. Cuando a uno le da coraje manejarlo es complicado, imagínense un nene con dos, cinco años, que te digan no vas a tener ese juguete y él con esos deseos tan grandes y con bien poquitas destrezas de auto control. Así que hay que tener tolerancia”, explicó.

Coca fue bien enfático en que los niños portan los síntomas de su casa, ya sean pequeños o adolescentes y son los padres los que deben tener las destrezas y el control para lograr los resultados que quiere.

Uno de los ejemplos que da es la rutina mañanera, que puede convertirse en un verdadero infierno si no se trabaja de manera organizada.

“Mami es la que tiene problemas, no es el niño. El niño tiene unas necesidades y mami pretende que el niño se ajuste a los horarios de ella. Mira los pantalones que tenemos los adultos. Si tienes un niño y estás criando él no corre según los horarios tuyos de trabajo, el niño no entiende eso. Tú tienes que servirle a él, no él servirte a ti, así que tienes que pensar de antemano que tienes un niño de 3, 5 o lo que sea y que por la mañana no va a caer vestido, incluso a tener problemas para levantarse”, dijo el experto añadiendo “La que tiene que tener un plan para por la mañana, con los problemas que se van a presentar, es la madre. Y no tener expectativas porque allí empieza la frustración. Le dice al niño que se ponga los zapatos y el niño está viendo la televisión o pendiente al juguete. ¡Eso es lo que hacen los niños! Así empieza la frustración por las expectativas irreales nuestras y terminan dándole, porque un nivel alto de frustración significa salida agresiva. Esas dos variables van juntas en estadísticas”, destacó el experto.

Coca desaprueba completamente que se le pegue a un niño, pues asegura que no resuelve nada y son más los aspectos negativos que traerá. El problema es que afirma que en Puerto Rico el acto está bien arraigado culturalmente, pues aproximadamente un 95% de los padres golpean a sus hijos, ya que en las pasadas generaciones era la manera principal de disciplinar.

“La gente cree en darle a los niños para criarlos y lo ven como lo normal, pero en todos los trabajos de investigación que surgen hasta darles por las piernitas suave se relaciona con delincuencia juvenil. El papá que está golpeando necesita training, porque como no tiene más nada el golpe es la opción. Y como se hizo con él y sobrevivió a eso, pues él entiende que gracias a eso es que es la persona que es y todos esos discursos absurdos. Pero miremos cómo está Puerto Rico. No es un país que tenga que sentirse orgulloso de ningún desarrollo social. Estamos estancados y estamos perdidos socialmente. Entonces la improvisación con los niños, ¿no es parte del pasado que se hizo mal para ver lo que estamos teniendo de salud mental hoy? Son preguntas que tenemos que hacernos”, enfatizó Coca.

El psicólogo recomienda a los padres que antes de explotar y golpear a sus hijos, que se alejen.

“Retírate y deja pasar, no tienes que modificar todas las conductas. Cuando estás por el techo tu estás en crisis y en crisis te vas a hacer daño tu o le vas hacer daño a alguien. Mejor retírate y entiende que necesitas ayuda, que tienes que ir a la mesa de planificación de nuevo, que tienes que consultar al psicólogo o que tienes que sentarte con el otro cuidador”, destacó.

La negociación es un elemento que debe estar presente desde el principio, pues de esa manera se conseguirán más resultados. Coca destaca que naturalmente no es lo mismo que negociar con un bebé que con un adolescente, etapa que trae grandes retos.

“Un bebé muerde, tiene un juguetito en la mano, si muerde le dices `no' y le quitas el juguetito. Él empieza a establecer la relación de que esto se me va de las manos si yo hago esto otro y cuando vienes a ver para de hacerlo. Pero el negocio tiene niveles de complejidad. Si sigue la mala conducta se empiezan a quitar privilegios”, indicó.

 El premiar con cosas que quieren también es válido, asegura el doctor, sin embargo es recomendable hacerlo para lograr comportamientos a largo plazo. Por ejemplo, si quiere unos tenis de marca se le dice que si mantiene su cuarto recogido durante un mes se le compran.

 Algo sumamente importante es el refuerzo positivo, porque es una excelente manera de motivar.

“No hay nada más importante para nadie en cualquier etapa de vida que la aprobación de alguien que es importante para uno. Si estás todo el tiempo pendiente de darle besos y abrazos y reconocimiento por las cosas buena que está haciendo habrá resultados. Cuando se levanta de esa cama sin problemas, allí deberías hasta llamar a la tía por teléfono. Ese niño va a estar bien contento, que mami está bien contenta de que yo me levanté solito por la mañana" afirmó Coca añádiendo, “Cuando vienes a ver establece una asociación y por ganar eso de nuevo él empieza a hacer el esfuerzo. Pero en una vida de aversión cuando mami es una guavá que no hay por dónde cogerla 24 horas al día, no puedes tener un niño de buena conducta”, concluyó Coca.

Algunos consejos

-Ambos padres deben involucrarse en todas las tareas para que la rutina corra mejor.

-La paciencia, el amor y la tolerancia deben prevalecer en la crianza.

-Mientras más pequeños son se les debe hablar menos, pues no tienen tanta capacidad de entender. Se les debe dar direcciones concretas.

-Siempre se les debe explicar para que vayan entendiendo las situaciones y el por qué.