¿Las mujeres entre  sí somos,  o  no somos  solidarias? 

Esa  fue la  interrogante  que le  hicimos a una  muestra  de  féminas al azar y  la  mayoría  respondió  que, a excepción  de  amigas y  familia,  pocas veces  solemos ser  empáticas con otra mujer.   

Nos  cuesta  trabajo halagar a  otra fémina ya  sea  por  su  ejecutoria laboral, por ser  emprendedora  o  hasta  por  lo  más trivial, lucir un vestido lindo. 

Somos  las  primeras en  criticarnos,  coinciden  muchas  de  las  mujeres  entrevistadas por  Miércoles  de  Mujer.  Eso sí,  todas hicieron hincapié  en que  si  se trata  de  amigas,  compañeras  de  trabajo  y  parientes  con las que se  ha  establecido  un  vínculo afectivo,  “somos las  más  solidarias y desprendidas”.  

Algunas   fueron  más  severas  al revelar  “nosotras las  mujeres somos  las primeras en meterle la  pierna a la otra  para que  se caiga cuando  echan  para  adelante  y  somos las  primeras  en juzgarnos”,  revela Tere Pérez. 

“Nos  cantamos  que  somos  las  más  solidarias  con amigas y  a  la  hora  de la verdad nos  acribillamos.  Nos  falta  mucho  por  cambiar”, indica  Shari  Rodríguez.

“No  podemos  ver a  otra  mujer  más linda  cuando  ya  pasamos  juicio sobre  el porqué es  así.  Que  si  se  operó... que  si es que  se  come el  gimnasio y  no  hace  más nada. Pero si  se trata  de  una amiga  la cosa    cambia, para  las  amigas  siempre   estamos”, menciona  Didi Colón.   

Para  la actriz  y  coach  ejecutiva  Sara  Pastor estas  respuestas  no sorprenden ya   que recogen el sentir  de lo  que  experimentan muchas mujeres. No  obstante,   la  generalización  no  es permitida, ya  que  aclara  que son  muchas las féminas que  procuraran ayudar  de  manera  desprendida.

“Hay  muchas que  se ponen los  zapatos de   otras  y  eso es  bueno”, aclara  la   artista  que  lleva  desde el  2008  impartiendo coaching  a  empresas   y  clientes individuales,  en su mayoría mujeres. Pastor establece  varias  teorías  del por qué  las féminas solemos ser  tan  severas  ente  nosotras. 

“Todavía  estamos caminando a  caballo  en  el sentido  de nuestras creencias, que  vienen  de  nuestros padres, abuelas que  eran  esa  ama  de casa  que  se dedicaba únicamente a la  familia. Entonces las  que ya no  seguimos  ese estilo, muchas   veces  nos  ponemos  piedritas en el camino. Es decir  nos fustigamos las  unas a  las  otras. Medimos  el éxito copiando  al  hombre  o  poniéndolo al primero. No  deber ser  así.  Cuando tenemos  una  mujer  exitosa  rápido corremos   y la etiquetamos.  Está  ahí  porque  no  tiene hijos y  no  atiende la  familia. Los  modelos  de  éxito que  nos  fijamos  son  hombres.  Y  es  ahí  cuando  nos criticamos. Debemos  identificar modelos  de  éxitos  femeninos que  no necesariamente  tenemos que tener  el mismo rol , camino o  ejecutoria  que  un hombre”, señala la  actriz,  que enfatiza  que  toda mujer  debe  definir  que  es el éxito sin compararse  con nadie. 

Precisamente,  es en esas comparaciones   que  las mujeres  pecan con la   autocrítica  o  criticar a otra, detalla la  actriz,  que  a través de su experiencia de coach ha  conocido decenas  de  mujeres  emprendedoras  desde diferentes  roles  en la sociedad que  para  progresar han celebrado el éxito  de  otras.    

“Cuando insisto  en que  nos  falta  mucho  camino  por  recorrer, es que basta  con  fijarnos en que  la renumeración económica en muchos  países  es inferior  a  si  eres  mujer  versus  un hombre. Todavía tenemos que  demostrar  diez  veces  más  para que nos  tomen  en consideración.  Todavía existe  esa  creencia de que una  mujer  en un puesto laboral  es  un peligro  porque  tiene  que  atender  los  hijos. Ni  que  ella fuera  la  única  responsable  de criar  y  estas  creencias no solo  están  el colectivo  masculino, hay  mujeres  que  piensan así”, precisa la  actriz. 

Pastor  añade que  pasa  lo  mismo  con la mujer que  decide poner  una  pausa  a  su  faceta  laboral para dedicarse a su  familia, se señala como  que  no  pudo con la carga y  se le  juzga. 

En cuanto a las   relaciones afectivas  entre mujeres  que  son  amigas,  todas  las  entrevistadas,  y  la  actriz,  coincidieron  en  que  se  ayudan  y   comparten las  mismas  emociones a la hora  de  enfrentar situaciones   juntas. La  solidaridad es parte  de  esa  amistad.

“Creo que la solidaridad que tengamos entre nosotras depende de la relación que tengamos unas con otras o por experiencias previas con  esa  mujer. Más sin embargo, si necesitamos ser solidarias con alguna mujer que no conozcamos, sí solemos ser solidarias creo que  por naturaleza humana”,  indica  Maribel López.

Competencia instintiva

La profesional  del arte  escénico añade  que  en cuestiones  de estética  y   establecer  relaciones sentimentales    hay  una  cierta  competencia  instintiva entre  las   mujeres a diferencia de los  hombres.

“Nosotras  tenemos  algo  que  es instintivo y   es esa  competencia de las  féminas  por el  varón. Automáticamente, nos  medimos entre  nosotras.  Eso los  hombres no lo  tienen. Ellos  no  tienen esa  sensación  de  medirnos constantemente y  competir. Y culturalmente tampoco hemos  desarrollado eso  de   halagar a   otra  mujer  porque  se  ve  bien y  no  necesariamente  implicar nada.  Si  te  queda  bien algo  qué  mejor  que  decirlo  de la manera correcta sin ninguna  implicación”,  sostiene la actriz que  reconoce  que  en ese  aprendizaje nos  falta  camino  por  recorrer, pero “hemos  ganado  mucho  terreno”.

Así que  ponte en los  zapatos de otra mujer y sé solidaria.