Hace seis años su hija, la doctora Martha Enid Orraca Febry, perdió la batalla contra un cáncer craneal que ella misma se diagnosticó. Tras ese suceso devastador, Nelly Febry de Orraca descubrió que su primogénita tuvo una misión en esta tierra: ayudar al necesitado.

Esa misión, de nuestra Mujer Maravilla, Nelly Febry de Orraca, la quiso continuar junto con su esposo, Rafael Orraca, creando la Fundación Dra. Martha Enid Orraca Febry, sin fines de lucro. La meta es poder aportar algún  dinero a todos los pacientes diagnosticados con cáncer que requieran de un apoyo económico para su tratamiento, como lo son las  quimioterapias o medicamentos que son costosos.

La manera de generar ingresos es a través de un bazaar en un área de la iglesia Discípulos de Cristo, en la calle Comerío, en Bayamón. Desde  allí el  grupo  de voluntarios que excede los 50, venden las donaciones  que reciben.

Esta iniciativa le surgió a Febry de Orraca motivada por  todas las historias que les contaban las personas, y hasta pacientes, de su querida hija,  que de alguna manera les extendió la mano, ya fuera no cobrando por sus servicios médicos  o regalándole medicinas.

Al principio, la pareja, que lleva  59 años de casada, decidió buscar alternativas  para poder seguir ayudando a más personas, como lo hizo su hija. Es entonces  cuando crean, en 2011, la Fundación.

Curiosamente la oportunidad de tener un espacio para el bazaar en la iglesia Discípulos de Cristo provino de una persona que  fue amigo y paciente de su hija. Y esto le provocaba a Nelly y a su esposo la corazonada de que  era lo que Martha Enid hubiese querido que sucediera:  continuar ayudando a las personas.


Al  inicio de su misión, doña Nelly revela que “tratando de ayudar a la gente como que eso nos ayudaba (en su proceso de sanación) con ese dolor, lo canalizábamos. Cuando  esto ocurre, ella era nuestra hija mayor, tenemos tres hijas (Neysa y Aura Neymar).  Él (su esposo) es operado del corazón y yo pensé que nosotros no íbamos a sobrevivir eso (la muerte de su hija) y hasta le di una pulsera mía a una de mis hijas, porque no creí que lo íbamos a superar”.

“Pero con nuestro dinero empezamos esta misión. Si alguien se moría y no tenían dinero para el funeral, los ayudábamos. Y eso sigue y empiezan a venir pacientes de cáncer y sus gastos son bien altos… Teníamos que buscar una alternativa para  aumentar los ingresos”, narra emocionada al recordar cómo iniciaron la Fundación.

Luego del fallecimiento de su hija, durante el servicio religioso, precisamente en la iglesia Discípulos de Cristo, “pasa un señor  y lo único que me dice es: ‘Ella fue muy buena conmigo’, y siguió.  Yo pensé que era de los pacientes de ella…”.

“Pero, nos llama la atención  las muchas personas que se detenían a decirnos, ya fuera en un restaurante o tiendas o en la calle, lo buena que era ella y cómo ayudaba a todo el mundo”, acota la también retirada del gobierno federal quien tiene 81 años de edad.

Agrega que en una ocasión otra persona desconocida le contó que un  día llamaron a su hija a la oficina para preguntarle si podía atender a una persona enferma que no tenía dinero para la visita médica. Y la respuesta fue que “ella le dijo: ‘No importa, tráiganla’. Y se siguió tratando con ella  y le regalaba las medicinas”.

Describe a su hija Martita, como la apodaban de cariño familiares y amigos, “bien apegada a nosotros. Se casó y no tuvo hijos. Íbamos con ella hasta las convenciones médicas. Viajamos mucho con ella. Se pasaba  cantando y tocando la guitarra”.

Martha Enid Orraca Febry, quien se desempeñó como médico de familia y pastora, tras haber estudiado pastoral en el seminario evangélico de Puerto Rico, falleció en junio de 2009, luego de tres años de batallar con el cáncer.

Como parte de la fundación, sus voluntarios llevan puesta una camisa color blanca con el escrito: Dra. Martha Enid Orraca Febry. El 30 de septiembre  es el próximo bazaar, ahora en un nuevo local también en la calle Comerío. El teléfono de la Fundación es el 787-797-2416.