Uno de los mayores temores de una mujer es la infertilidad. Esta condición está directamente relacionada con el paso de los años, pero también con algunos problemas de salud que, si son tratados a tiempo, posibilitan un embarazo sin trabas.

Isaac Benjamín, ginecólogo obstetra especializado en reproducción asistida, especifica que la infertilidad se define según la edad de la mujer. Si una mujer llega a los 35 años de edad y después de un año de relaciones sexuales sin uso de anticonceptivos no logra concebir, se considera que es infértil. Entre los 35 y los 40 años, el tiempo para hacer seguimiento se reduce a 6 meses; mientras que en los casos de mayores de 40 años se estudia el caso de inmediato.

Las variantes de los problemas de fertilidad pueden ser de baja o alta complejidad, según Benjamín. En el primer caso pueden ser atendidos con relaciones sexuales dirigidas, inseminación artificial. En cambio, en el segundo caso se involucran tratamientos que implican la fecundación con el uso de laboratorios y fuera del cuerpo femenino.

De los mamíferos, los humanos son los que peor se reproducen. Una de cada cuatro parejas presenta problemas de fertilidad, sin querer decir que sean todos de alta complejidad. Estas situaciones son compartidas y deben ser atendidas en pareja, afirma Benjamín.

Esperar mucho tiempo

La principal luz de alerta que se enciende cuando se refiere a la fertilidad femenina es el paso del tiempo. Mientras más se retrasa el embarazo, menos capacidad reproductiva tiene la mujer, explica Indira Centeno, ginecólogo especialista en reproducción humana, pues de los millones de folículos células que dan origen al ovocito u óvulo en su proceso de maduración con los que nacen las mujeres, se reducen a 250,000 en la primera menstruación y, cuando se alcanzan los 30 años de edad, la reducción es mucho mayor. A partir de los 35 años la caída es más abrupta.

Para quienes desean retrasar la gestación, una opción es congelar los óvulos mediante un procedimiento quirúrgico de bajo impacto y con el uso de una cámara de nitrógeno líquido, según Centeno. La candidata ideal para este tratamiento es una mujer de 30 años. Los riesgos a los que se expone la paciente son la estimulación hormonal, cirugía y anestesia general.

No existe absoluta certeza de la efectividad de este procedimiento porque el óvulo es más sensible que el embrión a los cambios de temperatura, aclara Centeno. Esta es una práctica que en el mundo cuenta con cierta trayectoria, pero en el país es relativamente nueva.

Es una clara opción de preservar los óvulos en el momento de mayor fertilidad.

Es mejor prevenir

Un segundo factor que incide en la reproducción son las patologías tubáricas, que se reflejan en infecciones e inflamaciones del tracto genital más interno, orificio cervical, canal endocervical y trompas, explica Centeno. Las causas de estos desórdenes son las enfermedades de transmisión sexual que pueden ser evitables. La mujer debe protegerse, en especial si tiene durante su juventud una vida sexual activa con muchas parejas.

También amerita consideración la condición del cuello uterino, por lo que Centeno califica de impostergable la evaluación anual citológica.

Otro causante de infertilidad es el relacionado con elementos endocrinos ováricos. Si desde la adolescencia la mujer presenta irregularidad del ciclo menstrual, acompañado generalmente de acné y exceso de vellos, debe acudir al médico a fin de evitar problemas para salir embarazada en el futuro.

La mujer ovula eventualmente, presenta trastornos del ciclo y ovarios poliquísticos, con folículos que producen exceso de hormonas de mayor tendencia masculina, aclara Centeno. En este caso, también pueden presentarse problemas anatómicos como pólipos, miomas o malformaciones uterinas.

Otros problemas endocrinos relacionados con la glándula tiroides pueden producir ciclos anovulatorios y hemorragias menstruales, lo que evita la concepción o podría provocar abortos espontáneos. Igualmente, la resistencia insulínica, cuyo principal síntoma es la obesidad. La buena noticia es que, en ambos casos, estas condiciones pueden ser tratadas y la mujer puede concebir sin problemas. También incide el uso indiscriminado de aparatos anticonceptivos intrauterinos.

Pero, concluye Benjamín: Los problemas de fertilidad no deben crear alarma. La velocidad con la que se ha avanzado en los últimos 30 años en ese sentido es abismal. Hoy es más rápida la innovación en los tratamientos y soluciones.