La puertorriqueña Maritere Esteve no se ha tomado el tiempo de saber cuánto dinero se ha ahorrado si en lugar de desahogarse en las redes sociales, hubiera ido cada vez a una cita con un profesional de la conducta humana. Tampoco gasta dinero en producción, porque cada vídeo que sube a la cuenta de “Madres en cuarentena” en Facebook o Instagram es su momento de escape de las responsabilidades del hogar, de la educación a distancia, y de paso, se divierte, porque antes de ser esposa y madre de tres varones (Jerónimo de 12; Nicolás, de 8, y Gabriel, de 2), quiso ser actriz.

Desde pequeña, mientras se criaba en Puerto Rico, salió en comerciales de televisión, participaba en las competencias de talento escolares, tomó clases de actuación en la universidad y hasta fue admitida en la escuela de Televisa en Miami, Florida. Para entonces estaba recién casada con el empresario de la industria automotriz Jerónimo Esteve y decidió dedicarse de lleno a su vida familiar.

“Madres en cuarentena” cumplió un año recientemente y de ser un relajo entre ella y su amiga, la periodista Silvi Escoto, como reacción al cambio de vida que ha representado la pandemia para las madres, ahora es su compromiso con una comunidad de más de 75,000 seguidores que diariamente esperan algún contenido.

“Era mi momento de soltar a lo mejor todos esos sueños reprimidos que tuve toda la vida, que quería ser actriz y de repente tenemos todo ese volcán de emociones, de miedo, de incertidumbre, y era un outlet, de soltarlo, y llegó un punto que digo, ‘ya no sé de qué más hablar’, y de repente alguien te escribe, ‘te desapareciste’, ‘tú eres la única que me sacas una carcajada’, y me siento como en la obligación de que tengo que alegrarle el día a la gente, tengo que ser parte de que le cause algo de risa en medio de todo lo que estamos viviendo”, expuso la bloguera de 38 años.

Esto ha sido como una terapia, todos los días un psicólogo, que yo le suelto todo lo que tengo por dentro”

-Maritere Esteve, gestora de "Madres en cuarentena"

Cuando decidió frenar sus aspiraciones artísticas, lo hizo sabiendo que en algún momento lo iba a retomar. No imaginó que se le fuera a dar tan espontáneamente como tomar su teléfono celular y plantear alguna situación cotidiana con un acento ajeno al propio desde su clóset o mientras se ejercita.

“Como esto surgió de una manera tan orgánica, yo no me sentía culpable de que le estaba quitando tiempo ni a mi marido ni a mis hijos, era una cosa sana, una comedia sana”. dijo.

De los personajes que representa modulando la voz, es la dominicana “Altagracia”, la que mejor se le da.

“El (acento) dominicano es el más que se parece a mi personalidad, es la persona más llena de vida y positivismo, y no es que yo sea un rayo de luz. Tengo mis días oscuros, que soy un monstruo prehistórico, pero por lo general tengo esta actitud chévere, jocosa, de fiestar, y es más humilde, más llevadera, y como me identifico más, me fluye más fácil, porque no estoy actuando. Sí estoy cambiando un acento, pero estoy hablando lo que me surgió del día”.

La mayoría de sus seguidores tienen base en Puerto Rico, lo que le ha servido para tener mayor conexión con los asuntos de actualidad en la Isla. Pero a lo que aún no se acostumbra es al reconocimiento público.

“Me quedo pasmada cuando alguien me reconoce. Cuando me dicen, ‘quiero una foto’, y yo, ‘ay, por favor, te estás burlando, cómo vas a querer una foto conmigo, no puede ser’; no lo entiendo todavía y me quedo pasmada”, compartió mediante videoconferencia desde su residencia en Orlando, Florida.

Está casada con el empresario automotriz Jerónimo Esteve y es madre de tres varones, Jerónimo (12), Nicolás (8) y Gabriel (2).
Está casada con el empresario automotriz Jerónimo Esteve y es madre de tres varones, Jerónimo (12), Nicolás (8) y Gabriel (2). (Suministrada)

Maritere ha logrado mantener a una audiencia cautiva a base de la improvisación y de su deseo de tener un entretenimiento propio. Fuera de eso, no ha querido generarse mayores presiones sobre el proyecto para que no pierda el sentido que tiene para ella.

“Yo quiero que esto sea un hobby, una terapia y y más nada, y me han surgido oportunidades y todas las he hecho gratuitas”, expuso. “No soy una mujer con mente de negocio, soy más la parte creativa. Me encantaría tener a alguien que me diera dirección porque a mí no me gusta cobrarle a nadie, en este aspecto soy malísima. A mí me gusta crear, actuar, hacer de payaso y concientizar y todo eso, pero no lo veo como un negocio”.

De lo que está convencida es que, mientras la pandemia siga siendo una realidad, ella como muchas otras madres, necesita su momento de escape. Que si puede evolucionar a un podcast, o insertar más recetas o entrevistas, todo es posible.

“Yo no lo hago por ser influencer o tener más likes, no es lo que me interesa. Es mi entretenimiento”.