Madre e hija, cómplices viajeras
Dos mujeres emprenden una travesía por el mundo dejando todo atrás.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 8 años.
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Como si se tratara de una conspiración absoluta del universo, Marisol Rodríguez y su hija, Valerie Lara, quedaron libres de toda atadura y compromisos.
Marisol llevaba décadas trabajando, principalmente en la industria farmacéutica, pero siempre había sido aficionada de los viajes. Hace un año leyó un libro sobre una pareja retirada que vendió todo y se fue a viajar por el mundo, sin imaginar que esa sería su realidad un año después.
“Este año múltiples eventos se combinaron y me llevaron a considerar seriamente el hacer una pausa en mi vida para ir a conocer el mundo. Mi hija se graduó de universidad en mayo, me sentía abrumada con tanto trabajo, el contrato de arrendamiento de mi apartamento en Miami se vencía en julio y el de mi auto en agosto. Me dí cuenta de que éste era el momento perfecto”, explicó Marisol de 53 años.
Aunque al principio a Valerie la propuesta de su madre le pareció una idea un tanto alocada, al pensarlo bien la aceptó. Fue así que emprendieron viaje el 10 de septiembre, y su primera parada fue Marruecos.
Desde entonces han recorrido diversas ciudades de países como Inglaterra, Italia, Alemania y Suiza, entre otros.
Madre e hija se han adentrado en las diversas culturas e identidades de los lugares que visitan. Su travesía coincide con tiempos en que el terrorismo y otros conflictos están latentes en Europa y otras partes del mundo. Sin embargo, ambas destacan las similitudes que encuentran.
“Por supuesto, cada país tiene su historia, arquitectura, comidas diferentes, pero en esencia en todos los lugares nos encontramos con gente amable, dispuestos a ayudar y a recibir al que visita su país. En todos los países vemos diversidad, mezcla de culturas, géneros, razas y eso es positivo. También vemos que cada país tiene aspectos que maneja muy bien (por ejemplo en Italia están muy adelantados en sus políticas de reciclaje), así que deberíamos compartir mejores prácticas entre países para cada día todos ser mejores”, respondieron.
A Marisol y Valerie aún les restan seis meses descubriendo el mundo. Ya tienen trazado que la Nochebuena y el Día de Navidad lo pasarán en Guilin, China y que la Despedida de Año y Nuevo Año estarán en Hong Kong.
Económicamente madre e hija están realizando el viaje con los ahorros que Marisol hizo durante sus 30 años de trabajo.
“Decidí que la vida es corta, así que en lugar de esperar al retiro, estoy utilizando parte de ese dinero ahora cuando lo podemos disfrutar al máximo porque gracias a Dios tenemos salud”, destacó.
Ambas están disfrutando la travesía como madre e hija y el hecho de que son mujeres.
“Ha sido una experiencia maravillosa. Nos sentimos empoderadas, dueñas de nuestro destino, bendecidas. Queremos ser un ejemplo para que las personas en general no tengan miedo a cumplir sus sueños, pero sobre todo a las mujeres les decimos que podemos hacer lo que nos propongamos. Desde el punto de vista de ser madre e hija, es aún más especial la experiencia. Siempre hemos sido muy unidas, pero el tener tantas vivencias maravillosas juntas, ha llevado nuestra relación a un nivel más profundo de amor, agradecimiento y admiración mutua”, afirmaron.
Hasta ahora la ciudad favorita de ambas ha sido Dubrovnik, Croacia, por su arquitectura singular, su buena comida y playas parecidas a las del Caribe. Mientras que la mejor experiencia ha sido un safari en el Desierto del Sahara.