Karla Ortiz no se deja limitar por la esclerosis múltiple
La influencer disfruta viajar y orientar a sus seguidores para no dejarse amilanar por los retos físicos que conlleva el diagnóstico.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 3 años.
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“Al principio me daba bochorno hacerlo público. No quería que la gente supiera lo que tenía”. La influencer puertorriqueña Karla Ortiz recuerda lo difícil que fue a sus 23 años asimilar el diagnóstico de esclerosis múltiple (EM) y cómo transformaría su vida.
Antes, había delineado un plan que incluía mudarse de su natal Hormigueros a San Juan, como parte de su idea de ser independiente. Además de continuar dedicando tiempo a vivir experiencias turísticas, soñaba con ser modelo y trabajar en oportunidades relacionadas con el campo de las comunicaciones, que tanto le agrada. Pero el anuncio de la enfermedad cambió los planes, o al menos la manera en que tenía trazado cumplirlos.
En el proceso ha podido batallar con cada revés y salir airosa. Encontrar el modo de adaptarse a las circunstancias le ha permitido a través de las redes sociales fomentar el turismo. En octubre logró desfilar en la pasarela de San Juan Moda con un diseño de la modista Lissa Porrata. Y hace cuatro años creó su tienda virtual de ropa Luaboutiquepr.com.
Pero si bien ella es la primera que aplaude sus logros y se siente bien en motivar, confiesa que el proceso de sobrellevar la condición de salud es “un día a día”, con sus altas y sus bajas.
“Fue un reguero de emociones”, dijo al recordar el diagnóstico de la enfermedad del sistema nervioso que afecta la movilidad a solo días de cumplir sus 24 años de edad. La noticia llegó cuatro años después de sufrir una fractura del ligamento del tobillo izquierdo. “Con el tiempo veía que no me recuperaba. Al contrario, comencé a arrastrarlo. Hasta que en un momento en Disney (Florida) el pie se paralizó. No podía moverlo por par de minutos. Sabía que algo pasaba”, compartió la influencer, quien en la actualidad supera los 22 mil seguidores en su cuenta de Instagram @unajevaconesclerosis. Entre las señales que ahora reconoce, se incluía el adormecimiento de las manos y la dificultad para levantar el pie. “Llegué a pensar que era artritis”, dijo, y mencionó que para ese entonces, tras su bachillerato en investigación criminal, trabajaba en una tienda de ropa, donde luego se convirtió en gerente.
Tras varios exámenes médicos, el neurólogo le diagnosticó esclerosis múltiple primaria progresiva, lo que, según explicó, significa que ya estaba adelantada.
“Cuando leí que no tiene cura, que es degenerativa, que muchas veces terminas encamada con oxígeno al lado por perder la habilidad de respirar por sí mismo, creo que esa parte de la búsqueda de información fue la más impresionante”, confesó la joven de 29 años, quien aclaró que al momento nadie más en su familia ha padecido la enfermedad. “Me enfoqué en lo bueno que debo hacer para que la esclerosis múltiple se mantenga estable y no progrese”.
Dentro de su determinación por tratar de llevar una vida lo más normal posible, quiso permanecer en su empleo. “Era cuesta arriba porque eran 40 horas. Hablar mucho me provoca fatiga. Muchas veces me caía del carro al (tratar de) entrar al centro comercial”, compartió, y mencionó que el año pasado tomó la decisión de renunciar para velar por su salud.
“Fue contradictorio porque al estar inactiva físicamente, empeoré”, lamentó. “Quería vivir la vida lo más normal posible, sin que la gente me juzgara, pero se hace difícil”, dijo sin poder evitar emocionarse. “Llega un momento en que bregar con las miradas es bien deprimente y difícil, así que dije ‘lo voy a hacer público por dos cosas: uno, porque quiero conocer gente con esta condición y que me diga cómo lo maneja, y segundo, para que sepan lo que tengo y dejen de preguntarme lo que me pasa o dejen de mirarme de esa manera’”, confesó antes de hacer público su diagnóstico en las redes sociales.
Karla recordó la primera foto que causó el mayor impacto entre sus seguidores. “El proceso de aceptación con el andador fue bien difícil. Yo me sentía bien fea con el andador. No me gusta”, reveló pensativa. “Hasta que me di cuenta de que lo necesito y sin él no podía hacer nada. Cuando logro aceptarlo, ahí es que pongo la primera foto y fue un boom. Empecé a recibir muchos mensajes, y me di cuenta de lo importante que es educar a la gente de la enfermedad”.
Embajadora del turismo
Antes de la EM, Karla disfrutaba explorar destinos, tanto en Puerto Rico como en el extranjero. Una de las preocupaciones tras el anuncio de la enfermedad era no poder continuar disfrutando una de sus mayores pasiones.
“Desde antes, mi amor por viajar a otras partes me hacía muy feliz. Ahora estoy contenta de poder ver otras culturas, de conocer mundo con la condición. Hay otro propósito. Con cada viaje demuestro que sí puedo”, afirmó Karla, quien ha visitado España, Grecia, California, Cuba, México y ciudades como Las Vegas y Miami. “Sé que hay cosas que no las puedo hacer, como una expedición en el monte, a un río, porque físicamente no puedo, pero dentro de lo que puedo hacer, muestro opciones, cómo te ayudan en el aeropuerto, alternativas cuando llegas a ciertos lugares”, reveló la influencer, quien agradece el constante apoyo de su primo Roderik Rodríguez en el proceso para moverse de un lugar a otro.
Karla aclaró que en sus experiencias, ciertamente, ha tenido situaciones en las que llega a un hotel o lugar turístico, y ha confrontado dificultad de accesos. “Lo importante es intentar las cosas. Si no lo intentas no sabes si te va a ir bien. Yo lo intento todo. Vamos a buscar la manera de adaptarlo”.
El apoyo de los seguidores ha abonado a levantar su ánimo y mantenerse firme en la intención de informar. “No hay palabras para decirte cómo me hace sentir cuando me escriben y dan las gracias. No tiene comparación”, resaltó.
“La esclerosis múltiple me cambió la vida, un cambio total. Ha sido un proceso bien duro. La aceptación es una de las partes más difíciles y es algo que no termina porque cuando crees que ya te has adaptado, surge un síntoma nuevo y es volver a empezar”, dijo.
“Los episodios de depresión y tristeza, llanto, hay días en que los tengo todavía después de cinco años de diagnóstico. Pero tengo un sicólogo. Es importante que la persona busque ayuda profesional”, enfatizó. “Es un reto, pero es importante no quitarse, no rendirse, no dejar de ver el lado bueno de la vida”.