Greydaliz Rivera, quien era conocida en las redes sociales por su blog “Bicha Cool, falleció este martes, según informaron familiares y amigos a través de las redes sociales.

Su hermana Jania Rivera, aunque no dio muchos detalles de la causa del fallecimiento de la bloguera de 43 años, indicó hace unos días que Greydaliz se encontraba “atravesando un momento delicado de salud”.

Las redes sociales se han inundado de mensajes de amigos y seguidores de la bloguera quienes la describieron como una mujer luchadora, emprendedora y que le gustaba ayudar a los demás.

En una entrevista con Primera Hora en el 2017, Rivera dijo que buscaba salirse del molde. En ese entonces dijo que no quería trabajar para nadie, solo para ella y su hija, Mikaela (que en ese entonces tenía tres meses de nacida). Pero, sobre todo, no deberle un peso al banco ni a nadie. Al momento de la entrevista tenía 36 años y ya tenía su casa sin tener que pagar la hipoteca por 30 años.

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“No en el sentido de la palabra de que tengo y quiero aparentar o quiero comprar los zapatos de último modelo, no ese tipo de bichas; sino que soy una mujer pensante y tengo una opinión propia, tomo decisiones y exijo lo que quiero. A veces ese tipo de cosas puede caer un poquito mal. Entonces también mi forma de ser; se me sale la bichería. ¡Yo soy bien bicha cool!”, afirmó en la entrevista publicada en la sección De Mujer de Primera Hora el 28 de marzo de 2017.

Para contar su historia creó el blog Bicha Cool, que le servía de desahogo y, de alguna manera, empoderar a otros para liberarse de las ataduras materiales y económicas.

“Abrí el blog como para empezar a hacer una comunidad, comunicarme con mujeres, principalmente como yo, y contarle mi historia de cómo hice mi casa. Cómo poco a poco, profesionalmente, fui diseñando mi rumbo, el estilo de vida. Lo empecé como una manera de desahogo, de contar mis cosas, ahora como mamá, también como mujer y también como persona que se quiere salir un poquito del 8 a 5, las deudas y el tener, tener, tener y acumular. Contar ese tipo de historia porque me di cuenta que hay muchas personas que se parecen a mí pero no hay quien les hable de cómo vivir”, contó.

¿Cómo lo hizo?

La clave, según apuntó, está en el desapego a lo material y en el ahorro. El ingreso que genera con su trabajo lo capitalizaba en sus metas. La más titánica hasta ese momento fue lograr la construcción de su primer hogar sin la intervención de una institución bancaria. '

Tener una vida planificada desde que estaba en universidad le ayudó. Apenas siendo estudiante, Rivera ya tenía claro cómo quería su hogar, también tenía decidido no endeudarse, que atesoraría la libertad y que cometer los mismos errores que vio entre las mujeres de su barrio El Cerro, en Naranjito, no era válido.

“No me metí en deudas y me busqué un trabajo poco convencional. Me puse a trabajar de mesera y saqué el dinero para hacer esta casa. Ese fue el segundo paso (para la libertad económica), porque la casa es la parte del sueldo que más te saca, la renta. Dije que esa parte no la voy a tener”, aseguró.

Y así fue, porque la administración y los negocios se le dio tan fácil como su creatividad. Por cinco años trabajó como mesera del restaurante Pirilo Pizza Rústica, en el Viejo San Juan, y se propuso guardar $800 semanales. “Bajé los gastos a nada. Decidí que quería trabajar fuerte por cinco años y no estar pagando una hipoteca por 30 años como una boba. Ahorré cerca de $50,000 y eso fue suficiente para hacer la casa, incluyendo el terreno. Todavía quedan terrenos ridículamente baratos”, indicó en aquel entonces.

“Hice la casa con ayuda de mi familia. Como lo hacían mis abuelos en los tiempos de antes. Con la ayuda de los vecinos, de la familia y todo el mundo. Todo el mundo venía y con un caldero de arroz comíamos y par de cervezas; era un jangueo contrucción”, explicó sobre su gran obra minimalista que tardó tres años en completarse.

“Vivimos en una sociedad que la gente quiere la casa para ya. La quiere lista, la quiere montada, pero quizás si yo no hubiese hecho eso de esta forma no puedo dedicarme a trabajar para mí y para mi niña. Yo no tengo que levantarme temprano, no tengo que estar corriendo y todo es cuestión de planificar. Planifiqué mi vida de tal forma que ahora, a mis 36, puedo estar viviendo la vida que tengo. Muchas veces nos convertimos en presas, tenemos deudas, somos presos de las deudas, trabajamos, somos presos del trabajo, entonces qué tiempo dedicas a tus proyectos. Es una trampa que nosotros mismos vamos creando sin darnos cuenta”, aseguró.

Rivera hizo un bachillerato en biología y una maestría en salud pública, también tenía varias certificaciones. En ese momento reveló que ejercer como bióloga, profesión para la que se preparó, no era una prioridad.

“No podría ejercer y creo que estamos en un tiempo perfecto para no querer ejercer. Por ejemplo, ahora con esto de las plataformas de las redes sociales, estamos en el momento que tenemos todas las herramientas para crear nuestro propio trabajo”, apuntó.

“Hay que buscar la manera de ir haciendo una marca personal, vivir tu estilo, hablar de las cosas que para ti son interesantes y pues ahí de seguro vas a tener gente que también piense como tú”, puntualizó.