“Es un gran honor vivir en Isabela”
Kathy Valentine Hall llegó un día a estas costas mientras estudiaba las tortugas marinas de la Isla y nunca más las abandonó
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 2 años.
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Isabela. Kathy Valentine Hall llegó a la Isla con solo 20 años y la expectativa de conocer las especies de tortugas marinas que habitan en nuestras aguas. Pero tocó suelo isabelino, practicó surfing en sus distintas playas y ancló para siempre su corazón en este pueblo del noroeste.
De su primer día en suelo borincano ya han transcurrido cuatro décadas en las que se ha destacado por su activismo en favor de la vida marina, así como otras causas ambientales.
“A mis 20 años (1979) vine en un velero hacia el Caribe. En aquel entonces me mudé a San Thomas y estuve como tres años y allí me mencionaron que había un buen programa de Ciencias Marinas en Mayagüez y decidí venir a Puerto Rico. Desde 1982 vivo en Isabela y estudié Ciencias Marinas en el RUM en Mayagüez”, recordó la mujer oriunda de Florida.
Una vez comienza sus estudios en la Isla, Kathy se traslada a Culebra con el propósito de documentar la actividad de los tinglares en esa zona del este de Puerto Rico.
“Trabajé un tiempo en el Colegio (RUM) haciendo un rastreo de nidos de tortugas porque encontré muchos nidos en Culebra y decidí estudiar esa área, ya que no había estudios sobre eso. Estuve dos años durante dos periodos de seis meses cada año en Culebra y allí estudié el tinglar, que es la tortuga más grande del mundo. Después de tener mi maestría me quedé en Isabela e hice estudios de las tortugas desde Mayagüez hasta Barceloneta. También fui coordinadora de la Red Caribeña de Varamientos de la zona oeste desde 1985 al 1997, donde rescatamos y documentamos muertes de tortugas marinas, manatíes, ballenas, delfines, focas y aves marinas”, contó Valentine Hall, de 66 años.
Otro gran aporte de la activista se dio para el 1992, cuando fundó el Proyecto Tortugas Marinas y comenzó un programa educativo sobre el cuidado de estas especies.
“Cuando llegué en 1982 lo que vi es que había muchas personas excavando los nidos para coger los huevos y los dañaban. Entonces, en 1992 empecé con un grupo que se llamaba Proyecto Tortugas Marinas, una organización sin fines de lucro donde di muchas charlas sobre tortugas marinas y por qué están en peligro de extinción”, dijo.
“Traje unas tortugas disecadas, huevos vacíos y eso le dio mucho interés a la gente y así tuve como 300 voluntarios en las comunidades que eran desde maestros, estudiantes y amas de casa que se enamoraron de las tortugas. Empezamos a proteger muchos nidos y los voluntarios velaban a la gente que robaba los huevos en sus propias comunidades”, agregó la experta en Ciencias Marinas, quien estuvo 15 años (1992-2007) dedicada a esa misión.
A la par con este proyecto, Kathy se involucró en el activismo social en pro del ambiente, siendo cofundadora de la Liga Ecológica Puertorriqueña del Noroeste. Desde esa iniciativa ha podido colaborar con programas educativos y ha participado de vistas públicas con el propósito de evitar “el desarrollo costero desmedido”.
“Trabajamos muy duro para detener la extracción de arena en Isabela debido al gran daño al sistema de dunas que protegen nuestras costas y son un ecosistema válido por sus plantas y animales únicos. También comenzamos el primer programa de reciclaje comunitario en el área del noroeste. Además, llevamos a cabo una limpieza y monitoreo mensual por 10 años de 500 metros de la Playa Jobos y trabajamos un censo de la basura, donde fueron los sorbetos los más recolectados”, destacó.
“A su vez, tuvimos un programa de monitoreo de arrecifes de coral en Shacks Beach y otros del área”, mencionó quien también funge como miembro de la Junta Comunitaria del Plan de Ordenación Territorial de Isabela desde el 2002 y fue vicepresidenta de Rescate Playas Isabela de 2009 al 2021.
A pesar de los muchos sombreros que ha portado, esta líder ambiental afirma que su rol a favor del medioambiente y su compromiso con la vida marina es una misión de la que nunca se ha desligado, por lo que la gente de la zona noroeste la reconocen como la “Turtle Lady” (Señora Tortuga).
Leyenda del surfing
El mar es su mejor terapia. Kathy sabe cómo disfrutárselo al máximo porque, además de velar por el ecosistema marino y luchar para que se preserve, practica surfing.
“Empecé a los 13 años en la Florida y cuando llegué aquí seguí surfeando. No me gusta competir, nunca he competido, pero me gusta ir en olas grandes. Todavía es mi deporte favorito”, admitió, quien fue reconocida por la organización Legend Surf Classic Puerto Rico como “Leyenda del Surf Puertorriqueño” en el 2020. Y aunque sus raíces no son de aquí, Kathy asegura sentirse isabelina. De hecho, destacó el amor especial que siente por el pueblo que la adoptó y por su gente.
“Isabela es un pueblo humilde, me gusta mucho su gente, son muy amables y no hay mucho crimen. Hay mucha naturaleza, tenemos el lago Guajataca, el bosque Guajataca y el río Guajataca, que es donde hago paddleboarding. Las olas son buenas aquí y queremos el mar viviente, con muchos animales, plantas, muchas variedades. Anhelamos tener playas limpias. Es un gran honor vivir en Isabela”, concluyó.